

El Mundialito es un torneo plastificado que reúne a los equipos de todos los continentes y sólo ganan los europeos. La diferencia entre Europa y Sudamérica se acentúa cada año.

No habrá pasillo el sábado en el Clásico. No deja de ser el reflejo de la obsesión que hay siempre con el Madrid al otro lado del Puente Aéreo.

En fútbol el afecto no sólo ha de ser la espontánea expresión de alegría por el triunfo del otro, sino una costumbre social. El fútbol une, o así debe ser.

La primera vez, que yo supe de un pasillo de un equipo a otro fue en The Molineux, el campo del Wolverhampton, en febrero de 1960, en partido en partido de Copa de Europa.

Con la paciencia y conformidad de quien reconoce la superioridad del rival y sabe que su única esperanza es jugar 90 minutos perfectos en defensa y sacar una contra milagrosa.

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