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AUTOS

¿Qué tan seguro es manejar de noche, según la ciencia?

Cada vez que se conduce un automóvil es de vital importancia tener la máxima concentración en el sentido de la vista,

Luis Hernández del Arco
Luis Hernández del Arco
ldelarco
Ciudad de MéxicoActualizado a
¿Qué tan seguro es manejar de noche, según la ciencia?
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Cada vez que se conduce un automóvil es de vital importancia tener la máxima concentración en el sentido de la vista, esto debido a que el 90% de la información que recibimos al manejar llega a través de los ojos.

Considerando lo anterior, es importante estar enfocados en el camino por donde se circula para anticiparse o reaccionar ante cualquier circunstancia que se pueda presentar.

¿Por qué la importancia de una buena visibilidad al manejar?

Más que una banalidad, los lentes de sol son esenciales al conducir de día, ya que ayudan a tener una mejor visión y una vista más descansada.

También es importante no encender el sistema para limpiar el parabrisas con el sol de cara, porque durante un largo instante se pierde la visibilidad. Este efecto se acentúa, en gravedad y tiempo, con unos limpiaparabrisas desgastados.

En caso de lluvia al manejar es importante bajar la velocidad, pues incluso con los limpiaparabrisas en funcionamiento, la falta de uniformidad de la capa de agua sobre el cristal explica la mayor parte de la reducción de la visibilidad.

Este efecto se multiplica si los limpiaparabrisas están en mal estado, si el parabrisas sufre desperfectos (impactos, grietas, arañazos…), o si se ha manchado con lodo y grasa que suele haber en la carretera.

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¿Qué tan seguro es manejar de noche?

Es importante que al manejar de noche se aumente la concentración, esto a causa que la capacidad visual de un conductor se reduce al 30% de noche, con una reducción de la agudeza visual de un 70% y una importante pérdida del sentido de la profundidad y capacidad para medir distancias.

Y es que la falta de luz hace que las pupilas se dilaten y que el ojo funcione más con la retina periférica, lo que genera una pequeña miopía nocturna en todos los conductores. De noche también se produce más fatiga visual, lagrimeo y picor de ojos, se pierde mucha visión periférica, aumenta la somnolencia y existe una monotonía al volante.

Por otro lado, al manejar de noche se depende de los sistemas de iluminación de los autos y de las vías; y se producen más deslumbramientos, que pueden cegar al conductor momentáneamente y ser muy peligrosos: un automovilista deslumbrado tarda de entre tres y 20 segundos en recuperar la visión y en ese tiempo se recorren muchos metros a ciegas.

A su vez, de noche se amplifica el efecto túnel. Si en reposo el campo de visión es de 120 grados, en movimiento el denominado campo de visión cinético va reduciéndose con la velocidad, desde los 70 grados a 65 km/h a solo 30 grados  a 130 km/h.