Baterías de gel para auto: ¿Por qué son mejores que las de ácido?

Sin duda, la elección de la batería correcta puede marcar una gran diferencia en el rendimiento y la longevidad del automóvil. Y aunque las baterías de gel suelen tener un precio más elevado, las ventajas que ofrecen justifican cada peso invertido.

Primero hay que empezar por lo básico: tanto las baterías de gel como las de ácido son baterías de plomo-ácido. Específicamente, la gran diferencia radica en cómo se presenta el electrolito, es decir, la sustancia que permite el flujo de corriente eléctrica. En las baterías de ácido, este electrolito es líquido, mientras que en las de gel, como su nombre lo indica, tiene una consistencia gelatinosa.

Esta sutil diferencia tiene un impacto significativo en el rendimiento y la durabilidad de la batería. Al ser más denso, el gel reduce la evaporación del electrolito y minimiza la corrosión de las placas internas. Esto se traduce en una vida útil más larga, una mayor resistencia a las vibraciones y una mejor capacidad para mantener la carga durante períodos de inactividad.

¿Qué más ventajas tienen?

Gracias a su diseño sellado y a la ausencia de evaporación del electrolito, estas baterías son mucho más duraderas y pueden durar hasta tres veces más que las baterías convencionales. Esto significa que hay que cambiar la batería en más tiempo.

Una batería de gel puede durar hasta el doble que una de ácido, lo que significa que no tendrás que reemplazarla tan a menudo. A la vez, su mayor eficiencia y capacidad de carga pueden traducirse en un menor consumo de combustible y una mayor vida útil de los componentes eléctricos del vehículo.

Igualmente, las baterías de gel están diseñadas para soportar las condiciones más adversas. A diferencia de las de ácido-plomo, que pueden verse afectadas por las fluctuaciones de temperatura, las baterías de gel mantienen un rendimiento óptimo sin importar el clima.

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Otra de las ventajas es que las baterías de gel tienen una tasa de autodescarga mucho menor, lo que significa que se puede dejar el auto estacionado durante largos períodos sin preocuparse si se quedó sin carga. De igual manera, si se quedan alguna luz encendida, este tipo de batería soporta por varías horas e incluso días.

Por otro lado, las baterías de ácido requieren un mantenimiento regular, como comprobar el nivel de electrolito y rellenarlo con agua destilada. En cambio, las baterías de gel son prácticamente libres de mantenimiento, lo que ahorra tiempo y dinero.

¿Son más caras?

Sí. Pero, ¿valen la pena? La respuesta depende de las necesidades y prioridades. Si se busca lo mejor para el auto y se está dispuesto a invertir en calidad y rendimiento, una batería de gel es la elección correcta.