La adrenalina que dejó la Fórmula 1
Hace tiempo critiqué a la Fórmula 1, se había vuelto predecible y aburrida. Muchos de sus aficionados comenzaron a seguir la Moto GP, porque podía ser para cualquiera. Este 2021, la máxima categoría del automovilismo logró darle la vuelta a la crisis con una de las mejores temporadas de la historia; emocionante, competitiva, de alarido.
Mercedes logró una hegemonía de siete años con Lewis Hamilton como primer piloto. Es un tipo talentoso, con muchísimas facultades para el deporte. El máximo ganador de carreras en la historia, empatado en títulos con la leyenda Michael Schumacher. El mejor piloto, en la mejor escudería, ganando poles, carreras y títulos irónicamente estaba hundiendo su deporte. Esta temporada fue distinta y fue hasta la última carrera en Abu Dabi, en la última vuelta, en la que Max Verstappen, con su rebase espectacular, rompió con el dominio y se coronó por primera vez, dándole vida a un deporte que parecía muerto.
Este hecho es reflejo de un cambio generacional. Aunque a Hamilton le queda mucho tiempo por delante ya es el más laureado del deporte, pero frente tiene a un joven con más hambre que talento, y ya es decir. Esto parece un deja vú al 2005 cuando Fernando Alonso apareció de la nada para destronar a Michael Schumacher.
¿A qué se debe este cambio? ¿Fue paulatino? ¿Fue un golpe de suerte? La respuesta está en varios factores. El primero es que ante una hegemonía tan fuerte y de tantos años, no te queda más que trabajar y tratar de competir y es lo que han hecho las escuderías, en especial, Red Bull y Ferrari, que eran los competidores más cercanos a Mercedes.
Por otro lado, Mercedes enfrentó problemas técnicos con el coche esta temporada, en especial al inicio. Los neumáticos se sobrecalentaban fácilmente. La exigencia al coche fue mayor, porque la diferencia en cada carrera y en los puntos ya no era tan holgada como en otros años, así que el margen de error y de acción fue mínimo.
No podemos dejar de pensar que el automovilismo es un deporte en equipo y la dupla de Verstappen y Sergio Pérez es excepcional. Verstappen ha declarado prácticamente todos los días desde que se coronó que todo se lo debe a su co-equipero. Y es que “Checo“ no solo es el cuarto mejor piloto de la temporada, sino que hizo toda la labor de sacrificio; dejó a un lado el ego e hizo brillar a su compañero, se adaptó al coche que está hecho para el holandés, y terminó con cinco podios, incluido la histórica victoria en Azerbaiyán.
La F1 calló las bocas de quienes la criticamos, fue excepcional. Ahora tendrá que cuidar que esta crisis no sea repetitiva, que no esté sujeta a cambios generacionales para mantenerse activa e interesante, porque honestamente no recuerdo una campaña tan sonada, tan vista, tan comentada, y esto debería de ser una constante. Porque ahora estamos todos con la adrenalina que nos dejó el deporte más veloz del mundo.