México reencuentra el amor contra Guatemala
Partido redondo de la Selección Mexicana, que derrotó 3-0 a Guatemala en su segundo encuentro de la Copa Oro 2021. Doblete de Funes Mori
La Selección Mexicana y sus devotos recuperaron el gol, la memoria y la sonrisa en el Cotton Bowl de Dallas. Dos goles de Rogelio Funes Mori, y una aportación extra de Orbelín Pineda, conjuraron los nubarrones que se cernían sobre el Tricolor y apagaron, al menos por hoy, al ‘grito homofóbico’. El tópico del día es fútbol, solo fútbol, y no los vaivenes diplomáticos entre la FMF y Concacaf. Un partido reconciliatorio, en todos sentidos, a prueba de prejuicios nacionalistas.
‘Los Chapines’ pisaron el área mexicana dos veces en los primeros cinco minutos y casi una hora después del inicio pactado. Las tempestades texanas suelen ser apocalípticas. La desenfadada declaración de intenciones de Rafael Loredo, curtido en el mundillo del fútbol mexicano, entronizado en Guatemala gracias al COVIDgate de Curazao. Lom asustó a Talavera con dos apariciones furtivas antes de que Salcedo arrollara a Santis. Concacaf tomó nota del guadañazo, por aquello de las amenazas separatistas. Herrera probó a media distancia, a pelota parada, para consignar la presencia del contingente mexicano en el Cotton Bowl.
Cuando Funes Mori maniobró para descolgar un envío de Orbelín y Pineda entregó la pelota a Hagen, México notó que Guatemala ya se había pertrechado. El Tri encontró la vía de acceso. Herrera, mariscal de campo, lanzó la parábola; Funes Mori acolchonó el balón en el pecho, despachó a García con un pase de muleta y guardó el cuero en las redes laterales. Un tiro delicioso, mortífero, curva seductora para convencer a los necios.
México circuló por el Cotton Bowl como un descapotable por la Plaza Dealey: plácido, pero rodeado de peligro. Edson Álvarez apuntó a la escuadra superior de Hagen, pero los remanentes de la tormenta torcieron la trayectoria de la pelota. En medio de la peor cita de la historia (los televidentes entenderán la referencia), Funes Mori casi extiende sus prestaciones, pero su posición había caído en la ilegalidad. Te entendemos, la Copa Oro es un gusto adquirido. Ni ella, ni la retaguardia de Loredo, fueron capaces de descifrar la posición de Orbelín. El once guatemalteco se descompensó y Herrera hizo jardinería sobre el césped del Cotton Bowl. Martino sorteó, él sí, la emboscada que le esperaba al doblar por la Dealey.
TE PUEDE INTERESAR: Gullit Peña: "México siempre estará obligado a ganar"
El descanso no mejoró el stamina de los guatemaltecos, pero sí limpió los aires que ensombrecían a la cita. Triunfó el amor. Y la tozudez de Martino y Funes Mori. Avisó el ariete de Rayados con un globo de helio que Hagen alejó con las cutículas, y sentenció, minutos después, al descargar su fusil sobre el arquero chapín; Rodríguez consiguió el armamento, Gutiérrez traficó y Orbelín preparó los cartuchos. Un gol como una flecha de Cupido. Guatemala no volvió a comparecer y México no le perdió seriedad al compromiso: Gallardo y Rodriguez hincaron el diente; Edson no reculó atrás de la bomba central; Herrera y Gutiérrez mezclaron químicos en laboratorio y Funes Mori, ídolo en ciernes, salió de caza. Mientras ‘Tecatito’ tiró de escalas y falsetes, y 20 balas que rebotaron en los chalecos antibalas de Pinto, ‘Chaka’ colocó el tercer gol en la cabeza de Orbelín. La noche tormentosa terminó en velada romántica.