Cómo funciona y cuáles son las ventajas de la dirección hidráulica y eléctrica
Con el paso de los años, uno de los elementos del automóvil ha sufrido una gran evolución, con el objetico de hacer más cómodo el manejo es la dirección.
En su paso por tener mejor maniobrabilidad, la dirección ha visto la incorporación de un mecanismo hidráulico, para de ahí progresar a un sistema eléctrico asistido, con el objetivo de hacer todavía más cómodo el girar del volante.
Hablando específicamente de la dirección hidráulica, emplea un fluido hidráulico -de ahí su nombre-, una bomba, un cilindro y una o más válvulas de control para amplificar la fuerza aplicada al volante.
En casi todos los vehículos con esta dirección, la energía proviene de una bomba, generalmente accionada por una correa conectada al motor, que adapta el caudal de fluido hidráulico a la velocidad del motor.
No obstante, para evitar que los automóviles se salgan de la carretera a altas velocidades, las válvulas de control envían una parte del fluido presurizado de regreso al depósito hidráulico, manteniendo así una relación de dirección normal.
Por su parte, la dirección electroasistida o asistida electrónicamente emplea bomba eléctrica en lugar de una impulsada por el motor.
En este caso, el motor eléctrico conectado al mecanismo de dirección o a la columna de dirección, que reemplaza el sistema hidráulico tradicional, trabaja junto con sensores de posición y par que envían impulsos eléctricos a la computadora del vehículo, aplicando así parámetros específicos al volante y las ruedas delanteras.
Además, debido a que no está conectada de manera directa al motor, la dirección electro asistida contribuye a una mejor eficiencia del combustible y brinda una mejor experiencia de manejo, cuando se trata de comodidad.
Y es que, cuando se trata de un manejo de cierta manera deportivo, ya que no se siente tan artificial el girar del volante, lo ideal es la dirección hidráulica.