Que el deporte se pinte de colores
Toda mi vida he sido muy privilegiada. Estoy rodeada de personas maravillosas. Tengo a mi alrededor a mujeres admirables. Mis abuelas fueron dos de las mejores personas que he conocido; son mi fuente de inspiración y mi camino a seguir. Mi mamá es un orgullo constante y mi máxima aspiración. Tengo la suerte de contar con muchas tías que me han acompañado toda la vida; me han enseñado, consentido y apoyado en cada paso. Mis primas han sido como mis hermanas, siempre confidentes, siempre presentes. Por si fuera poco, a ese tesoro que me tocó en la vida pude sumar amigas que son incondicionales, de las que me siento sumamente orgullosa, a las que respeto, quiero y admiro. Como dije, soy muy privilegiada.
He podido dedicarme toda mi vida a lo que me gusta y me apasiona. Trabajo en un mundo de hombres y ahora tengo un lugar y una voz. He dedicado toda mi carrera a tratar de romper estereotipos. A demostrar que el deporte es universal, a exaltar sus valores, que son muy humanos, y a comprobar que saca lo mejor de las personas.
El deporte es una de las áreas en la que hay que trabajar en la equidad de género. Por un lado, tenemos rama femenil en prácticamente todos los deportes; habrá que seguir buscando lugar y oportunidad en los que no. El tener una rama femenil nos permite desarrollar nuestro talento y capacidad, así como aplaudir nuestras diferencias. No somos iguales, pero debemos vivir en equidad.
Tardamos muchísimos años, pero por fin hay una liga femenil de fútbol profesional en nuestro país. Las mujeres debemos de podernos dedicar a lo que queramos. Ahora vendrá la lucha de salarios, que deben ser competitivos y estar sujetos al mercado. Este problema, tristemente, no es exclusivo al deporte.
Muchos de mis más grandes ídolos deportivos son mujeres. En la historia del deporte en México, las mujeres han sido más exitosas que los hombres: Paola Longoria, Paola Espinosa, Lorena Ochoa, Soraya Jiménez, Ana Guevara, María del Rosario Espinoza han escrito su nombre en la historia, consiguiendo logros muy superiores a los establecidos para el deporte mexicano.
Me encantaría ver las canchas, los estadios, los campos, los micrófonos y las portadas llenos de mujeres. Llenos de talento, de trabajo, de capacidad. Me encantaría que quien quiera dedicarse al deporte lo haga, sin prejuicios, sin estereotipos, con libertad y pasión. Que todos apoyemos el talento, que todos tengamos la oportunidad de ser nuestra mejor versión. Que el deporte sea una vía más para encontrar nuestra individualidad, nuestra fuerza de equipo y nuestro lugar. Que el deporte desarrolle seguridad, educación y salud. El deporte no es azul, no es rosa. Que el deporte se pinte de colores.