Canelo, 'easy work' ante Yildirim para citarse con Saunders
Canelo Álvarez necesitó tres asaltos para terminar con Avni Yildirim y retener los mundiales WBC y WBA del supermedio. El 8 de mayo, ante Billy Joe Saunders.
Tardó más tiempo Canelo Álvarez en pisar el ring que en deshacerse de Avni Yildirim para retener los mundiales WBC y WBA del supermedio. El mexicano era muy favorito, pero se esperaba algo más de oposición del turco, quien ni tan siquiera pudo conectar un golpe al tapatío. Tres asaltos bastaron para que en la esquina del aspirante no le dejasen salir al siguiente. "Vengo de derrotar al mejor en diciembre. Mi objetivo es unificar y para poder hacerlo tenía que pelear contra Yildirim (retador oficial WBC). De otro modo no lo hubiese hecho. Esta noche tenía que noquear y lo hice", apuntó Canelo sobre el ring. Cumplió con su plan. Trabajo fácil y anuncio. El 8 de mayo de espera Billy Joe Saunders, campeón WBO, para intentar sumar tres de las cuatro coronas de la categoría. Ese día sí, será un pleito que le hará exigirse.
Canelo estaba muy relajado. Sabía que era muy superior y se vio en el vestuario. No le importaba interrumpir el calentamiento para sacarse fotos con las personalidades que le iban a visitar. Después, J Balvin cantó una canción y con la siguiente entró él. Desde que pusieron su vídeo de entrada, ambientado en el Miami de los 80, hasta que pisó el ring pasó casi el mismo tiempo que estuvo de pelea. Una vez que sonó la campana la diferencia era abismal. Álvarez iba a otro ritmo, y eso que no apretó. Empezó trabajando con la mano adelantada y se quitaba los golpes o con un pasito atrás o con media cintura. Fácil. Antes del segundo Eddy Reynoso le dijo que sacase la derecha. Dicho y hecho.
El segundo round fue un festival de uppers. Yildirim estaba achantado. Iba arrugado, muy cerrado... y aun así iba sumando castigo. En el tercer round Canelo apretó muy poquito, lo justo para acabar con el trámite. Comenzó a clavar más sus golpes y logró una caída. Con la izquierda abrió el camino y con la derecha sentó a Yildirim. Se rehizo el turco y el mexicano tampoco se quiso cansar. Dominó y esperó. En la esquina del turco le dijeron que "le quedaba un asalto", si seguía así le paraban la pelea, pero ni eso. Ya no salió. No merecía la pena, se estaba llevando una paliza que no iba a poder revertir. Canelo hizo su trabajo, lo hizo bien y Yildirim ni dio guerra. Demérito suyo, pero también mérito de Álvarez, que le impidió que sacase trabajo por el miedo a ser conectado. Easy work y a por el siguiente punto del plan: Billy Joe Saunders.