A 50 años del 'Partido del Siglo' Italia vs. Alemania: El cómic
AS rinde homenaje a uno de los más grandes partidos de todos los tiempos con una minicrónica y un comic: 120 minutos de épica y superhéroes sobre la cancha del Azteca.
120 minutos de locura y épica en un Estadio Azteca a rebosar. Italia y Alemania se despedazaron en un frenético aquelarre, un pataleo de vida o muerte, para ocupar tan solo la segunda silla del reino; el trono ya tenía dueño, pasara lo que pasara, nadie iba a perturbar al Brasil de Pelé. El partido fue una opereta con la aflicción de Puccini y la vehemencia de Wagner. Tras la inauguración de Boninsegna prosiguió el asedio teutón, un blitzkrieg sobre la meta de Albertosi. Fernando Velcareggi echó el cerrojo. Catenaccio en plenitud y tecnicolor. La puerta cedió con la última exhalación de Schnellinger ('¡Schnellinger, de todas las personas!', le aclamó sin ocultar su sorpresa Ernst Huberty en la televisión alemana).
Y luego, el desenfreno. La bacanal. Fútbol orgiástico, de supervivencia. En 21 minutos transcurrió lo siguiente. Beckenbauer con el brazo en el corazón, maltrecho. La súplica de Müller entre Poletti y Albertosi, el zurdazo fulminante de Burgnich, el tiro raso de Riva, el mortífero y oportunista testarazo de Müller casi sobre línea de gol, la inmediata y catártica réplica de Gianni Rivera cuando los espectadores aún no terminaban de frotarse los ojos. "Que pase lo que tenga que pasar, pero que pase ya", exclamó eufórico Fernando Marcos, el Homero de aquella Ilíada. Cuando Arturo Yamasaki corrió el telón, los 22 superhéroes, exahustos, se derrumbaron sobre el césped como las últimas hojas del otoño. Habían hecho historia.