Mónica, la historia de la mujer a la que Morelia le ayudó a superar el cáncer
La ex jefa de prensa de Monarcas cuenta a As México como el club michoacano fue clave para ella lograra dejar atrás la leucemia que padecía.
La historia de Mónica Pérez es un ejemplo por donde se le quiera ver. Primero, es la de poderosa mujer que le plantó cara al cáncer y lo derrotó. Después, es la de una mujer que llegó hace 18 años al futbol a romper moldes, a abrir brecha, a empoderar al género convirtiéndose en una de las primeras jefa de prensa de un equipo de Primera División en el futbol mexicano, el Monarcas Morelia. Y, por último, es un tapón de boca para todos esos agrios críticos que dicen que el futbol es solo eso, futbol, un simple deporte y ya. Mónica es prueba de lo que puede significar este deporte, un equipo, para toda tu vida.
“Ellos (Monarcas Morelia) me dieron vida”, cuenta Mónica a As México durante el relato de su historia con el club michoacano, hoy en plena mudanza hacia Mazatlán, Sinaloa. Hace 18 años, en pleno tratamiento contra la leucemia que le había sido diagnosticada a finales de 1997, Mónica recibió la llamada que le cambió la vida:
“En el 2002, justamente el día que me hablan para ofrecerme trabajo, me estaban haciendo un estudio para ver cómo había evolucionado mi cáncer, que era leucemia, justo estaba en el estudio y el teléfono lo tenia mi mamá y saliendo me dice ‘te habló Javier Salinas (director de comunicación de Monarcas), te quiere contactar’, es un estudio muy doloroso y necesitaba tiempo para reponerme, así que me reporto hasta después y Javier me dice que quiere que me vaya a trabajar con ellos, me hicieron el ofrecimiento y para mí fue como una recompensa en ese momento, justo pasaba por ese momento clínico y llega esto”, contó.
Mónica estaba sorprendida con el ofrecimiento de Monarcas, siempre había soñado con ese trabajo, pero su tratamiento podía convertirse en un obstáculo que le impidiera consumar su incorporación. Al final, la disposición del club michoacano fue clave:
“Los puse al tanto de mi situación, les conté que estaba en tratamiento y que podía durar tres años más, que cada mes me tenía que ausentar una semana porque recibía quimioterapia y te tumbaba, y me dijeron que no importaba. El primero de febrero del 2002 entré a trabajar a Monarcas como jefa de prensa, cosa que hace 18 años era impensable”.
ROMPER ESTIGMAS
Mónica llegó a Morelia en tiempos en los que tener a una mujer en esa posición era impensable. Y sí, el comienzo no fue fácil:
“Hasta la fecha sigue siendo una posición complicada porque es una industria dominada por hombres, es una realidad, donde se manejan muchos códigos estrictamente para el Club de Toby: a los vestidores jamás entré, pero siempre tuve relación con ellos por el trabajo. Hace 18 años era impensable, por eso le agradezco a Javier (Salinas) y Álvaro Dávila la oportunidad.
Pasaron tres años, entré en 2002, y me tocaba viajar aparte, comer aparte, yo cubría las pretemporada y ellos se quedaban en un piso y a mí me mandaban dos arriba, y no por mí, así era. Teníamos un partido en Torreón, por ejemplo, y ellos se iban en un charter y yo me iba a Guadalajara en camión y, de ahí, un vuelo comercial, todo era aparte”.
Fue con la llegada del hoy comentarista deportivo, Luis García, como vicepresidente del Morelia, en 2005, cuando el trato hacia Mónica cambia:
“Llega Luis García como vicepresidente y vamos a nuestra primera pretemporada juntos y Luis preguntaba ¿dónde está Mónica?, ¿dónde come Mónica? y le responden que si estaba en todo esto, pero era aparte y él dice que no, que se equivocaban, que yo era parte de equipo, me habla y me lleva a esa primer comida del equipo y fue rarísimo porque yo no sabia dónde me iba a sentar, llegó al restaurante y es el Tuca (Ferretti) el que se para y me dice ‘te vas a sentar aquí’, y me senté con ellos. A partir de ahí, ya viajaba con ellos, subía al camión, comía con ellos”.
¿Morelia fue clave en que lograras dejar atrás al cáncer?, le preguntamos a Mónica. Su respuesta nos indica lo que el futbol puede llegar a significar en la vida de cada uno de los que toca:
“Definitivamente sí, fue parte de mi recuperación porque era el trabajo por el que había soñado. Yo toda mi vida me había preparado para ser jefe de prensa en un equipo de futbol, llega el trabajo de mis sueños y estaba tan ocupada viviendo mi sueño que la recuperación oncológica llega en automático, ya no estás concentrado en tu enfermedad”.
Mónica salió de la institución en 2011 pero confesó que ha llorado mucho desde que supo la noticia de que su Morelia se va de la ciudad para convertirse en el nuevo equipo de futbol de Mazatlán. Aún se niega a creer que sea cierto.
Pero, se sabe, los grandes amores se llevan para toda la vida. Lo de Mónica y Monarcas, es uno de esos:
“Hace unos meses hablaba con mi sobrino, fuimos a un servicio funerario de un conocido donde le hacen un homenaje, le digo ‘oye, ¿si a ti te tocara preparar mi homenaje, que elementos habría que no podrían faltar?’ y me dice ‘una bandera de Monarcas’… Morelia es algo que llevo en mi vida por siempre. Es el amor de mi vida”.