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Fútbol asociación

Ciudad de México

La cuarentena y el quedarnos en casa nos ha dado oportunidad de hacer todo lo que en nuestra vida normal no podemos. Ahora la oferta de películas y series ya no parece infinita; de hecho, parece escasa.

Hace unos días, y por recomendación de mi papá, terminé la serie The English Game. Véanla. Por la historia, el desarrollo de cada uno de los personajes y la producción. La va a disfrutar incluso quien no le guste el fútbol.

En la serie, como ocurrió en la vida real, los ingleses de clase alta eran los dueños del fútbol o eso pensaban. Fueron quienes reglamentaron el juego y con eso les bastó para sentirse los amos y propietarios de lo que ahora podríamos pensar que es, más bien, patrimonio de toda la humanidad. Pero fueron las clases obreras las que lo hicieron un juego moderno, distinto, alegre.

Esto me llevó a reflexionar, ¿quiénes son los dueños del fútbol actualmente? ¿Quiénes son los gentleman de hoy en día? Son los patrocinios, los anunciantes, las televisoras y todo aquel que inyecte dinero al multimillonario negocio. Incluso estos agentes están muchas veces por encima de los dueños de los equipos.

Irónicamente quienes reglamentaron y se creían propietarios del juego jamás imaginaron que pudiera ser un negocio. Es más, lo concibieron justo con la idea contraria y el simple hecho de pensar que se podía lucrar con él era "prostituirlo". Si pudieran verlo ahora...

¿Quién sería la clase obrera actual? Ellos dieron vida, sabor y competencia al fútbol. Revolucionaron el concepto y lo llevaron a ser más que un juego. En el fútbol moderno, ¿quién revoluciona el fútbol? Los genios, los históricos del campo: Maradona, Pelé, Messi, Iniesta, Zidane y tantos otros. Habría que pensar en el origen humilde de todos estos grandes del fútbol para darnos cuenta que la “clase obrera” sigue siendo la pimienta del deporte.

El fútbol, como juego, no entiende de dinero, el campo reconoce y premia el talento, el esfuerzo y la pasión. El fútbol no es de clases, nunca lo fue. En cuanto se pretende limitarlo, encuentra la forma de saltar las barreras. Quizá por eso también nos gusta tanto.

El deporte rey es de todos y necesita de todos para que el fútbol viva y se mantenga en constante evolución. No por nada el nombre oficial del juego es futbol asociación.