Contagiar positivamente nuestro entorno
Esta semana millones de niños en nuestro país han retomado el curso escolar en línea. Los beneficios son muchísimos, pero también existen limitantes que pueden afectar el desarrollo y bienestar.
En cuarentena, los niños pueden tener menos actividad física de la normal. Los padres deben procurar que los niños se muevan, que en la medida de lo posible logren hacer un deporte.
El deporte y la estimulación física no solo tienen beneficios a nivel corporal, en lo psicológico y social es fundamental. El aspecto social ahora parece apagado, pero hay que motivar a los niños. El deporte es un conducto para ello. Puede ser tan simple como un juego, una oportunidad de convivir, compartir y pasarlo bien en familia. Porque la actividad no beneficia ni es solo necesidad en la etapa infantil.
Además de que es una buena manera de matar el aburrimiento, a través del ejercicio un niño tiene retos, logros, sigue reglas, maneja frustraciones e, incluso, en esta situación de aislamiento, le puede dar un sentido de pertenencia y disciplina que genera orden y seguridad. Las clases en línea deberían de incluir actividad física para que todos los alumnos, desde sus casas, se muevan, se diviertan y compartan. Gracias a la tecnología ahora hay muchas maneras de estar conectados.
Esta iniciativa incorpora valores y reglas, el cumplimiento de horarios, el cuidado del cuerpo, la higiene personal y, a través del deporte, es posible contribuir a la construcción de la identidad de los jóvenes. Ayuda al autoestima y fortalece la voluntad; involucra aprovechar el tiempo libre, promueve el ocio saludable.
El entorno juega un papel fundamental y es necesario que los padres se involucren, pregunten y conozcan. Se empieza con el ejemplo e inculcando buenos hábitos.
El deporte contribuye en la seguridad, la salud y la educación. Debemos sumar esfuerzos para encaminar nuestras decisiones hacia una vida sana para así contagiar positivamente nuestro entorno.