Derrick Rose, el MVP que se convirtió sexto hombre
El base armador de los Detroit Pistons en uno de los jugadores más respetados de la liga y uno de los consentidos de los aficionados por su constante lucha.
La carrera de Derrick Rose ha sido desde el comienzo, hasta la fecha, una emocionante y difícil de observar. Por un lado, es uno de los jugadores más espectaculares que ha pisado una duela de la NBA, pero por el otro, hemos tenido que sufrir junto a él, cada una de las lesiones que no le permitió alcanzar su máximo potencial, como uno de los mejores de todos los tiempos. Hoy, ya como un veterano que se encuentra en su décimo segundo año en la liga, sigue escribiendo una historia llena de valor y mucho talento.
Su llegada a la NBA fue en la temporada del 2008-09, cuando con 20 años, fue la primera selección global del Draft, en una muestra de confianza de los Chicago Bulls, quienes se decantaron por el sobre otros grandes talentos del baloncesto universitario, algunos de ellos, con carreras estelares en la liga estadounidense.
A pesar de compartir su temporada de novato con nombres de la talla de Russell Westbrook, Kevin Love, Brook Lopez, DeAndre Jordan y otros más, Rose fue quien más sobresalió y se quedó con el premio al mejor Rookie de la campaña. No solo eso, sino que también guio a los Bulls hasta los playoffs con su juego desequilibrante y agresivo.
En 2011 logró lo imposible y con 22 años superó a LeBron James para convertirse en el Jugador Más Valioso de la NBA, el más joven en conseguirlo en la historia, con lo que comenzaba a dejar un legado en la liga. Sin embargo, un año más tarde inició la pesadilla en sus rodillas.
Rose apenas alcanzó a jugar 39 partidos por diferentes problemas físicos, finalmente encontró la manera de estar listo para aparecer en los playoffs. El primer juego de la serie ante los Sixers marcó el comienzo de un doloroso camino para mantenerse con un jugador de la NBA. En los últimos dos minutos del juego, Rose atacó el aro, brincó, cayó, se tomó la rodilla y nunca más volvería a ser el mismo.
Se había lesionado el ligamento cruzado, por lo que se perdió toda la temporada siguiente y apenas pudo jugar en 10 partidos en 2013-14. Tras ese momento, Rose intentó volver a su mejor forma, pero su cuerpo no se lo permitió, en gran parte, también debido a problemas en sus tobillos. Terminó su estadía con Chicago en 2016, se fue a los Knicks, pasó por Cleveland y finalmente llegó a Minnesota. Con los Wolves, solo pudo jugar nueve partidos en 2017-18, pero apenas la campaña pasada, volvió a dar chispazos de aquel MVP, pero en un rol diferente, como sexto hombre.
Con 18.0 unidades, 4.3 asistencias y 2.7 tableros por noche, Rose se convirtió de nueva cuenta en un jugador atractivo para los aficionados, quienes deseaban verlo brillar como en los viejos tiempos. Los cánticos de MVP aparecían en más de una arena y finalmente llegó la redención, con una actuación inolvidable de 50 puntos, el máximo de su carrera y las lágrimas que llegaron al final, la prueba de que deseaba una velada mágica como aquella.
Detroit lo ha mantenido como sexto hombre, donde los cánticos de MVP no se detienen, los giros imposibles y los tobillos rotos no desaparecen. Por instantes, pueden imaginarlo con su uniforme de los Bulls y sentir que te encuentras de nueva cuenta en 2011. Su camino no ha pasado desapercibido por nadie y el respeto que se siente por él, es tan genuino como su amor por el juego.
Admirado por los jóvenes y respetado por los veteranos
Rose fue uno de los principales temas de conversación en el día previo al partido. Rick Carlisle, entrenador de los Dallas Mavericks, reconoció que es un jugador que les preocupa y que luce cada vez más como el de 2011. Por su parte Blake Griffin aseguró que es algo grandioso jugar al lado del base armador tras ser rivales desde su etapa como estudiante.
"Es grandioso, he jugado contra Derrick desde la preparatoria, así que tener la oportunidad de jugar con él es grandioso. Es bueno tener otro líder veterano en el equipo, alguien que ha jugado muchos juegos importantes y tiene mucha experiencia, ha sido de mucha ayuda este año", confesó el ala pivot de los Pistons.
Por su parte, Luka Doncic no se guardó los elogios para Rose y expresó su admiración por el sexto hombre de Detroit.
"Es un jugador increíble, lo admiro ahora, lo admiré antes, me acuerdo como jugaba en su tercera temporada que fue MVP, fue increíble y ahora está volviendo. Habrá que tener mucho cuidado con él", comentó la estrella de Dallas.
El propio Rose toma de buena manera su nuevo rol, mismo que parece encaminado a dominar, tal como ha dominado cada obstáculo a lo largo de su carrera.