El corazón de Capitanes CDMX remonta a Soles de Mexicali
Los Capitanes regresaron 13 puntos de desventaja en el último cuarto para derrotar al equipo con la mejor marca de la LNBP. Rigoberto Mendoza salió lesionado.
Partidazo de antología en el Juan de la Barrera, acorde a las promesas y el historial de una rivalidad encarnizada pese a su juventud. En un conmovedor ejercicio de resiliencia, los Capitanes regresaron un déficit de 13 puntos y derrotaron 83-77 a los Soles de Mexicali con exhibiciones calibre MVP de Rigoberto Mendoza (22+4), Joel James (16+6) y Ernesto Oglivie (en 18-11). Eso sí, los comandados por Ramón Díaz activaron los focos rojos por una lesión potencialmente trágica de ‘Rigo’.
Los Soles arrasaron con un primer parcial de 1-14, producto de una inclemente ráfaga de seis minutos y medio de baloncesto clínico y preciosista. El bloque inerte de Déniz en defensa, con Amigo y Martinez como custodios, encontró resonancia en la puntería de García y el propio Luke en la canasta contraria. El sorpresivo resultado se conjugó, por supuesto, con el 0% de campo de Capitanes, y dos salvas de aire de ‘Virito’ Hernández como síntomas. El triple frontal de Orlando Méndez notificó la asistencia de Capitanes al encuentro. La rotación rebajó los alcances de la quinteta de Déniz, pese a las nóminas de Álvarez y Mata, pero el 26% que tiraron los capitalinos no ayudó a revertir la situación.
El plan de Ramón Díaz consistió en llenar la duela de fango. Una guerra cuerpo a cuerpo entre las trincheras, el lodazal, las púas y el sudor. El doble pivote James-Oglivie (15 puntos al medio tiempo) causó estragos en la zona pintada de Déniz. A golpes cortos, pero certeros, los Capitanes percutieron hasta cerrar la brecha a cuatro puntos. Eso, hasta que Amigo, indefendible, encontró a Peña en la esquina con la mira teledirigida. La mueca de Ramón Díaz resumió la acción: ojos bien abiertos, boca cerrada, quijada arqueada y las palabras tácitas: “nada mal, eh; nada que hacer”.
La refrigeración de Orlando Méndez, Joel James y Daniel Girón petrificó a los Capitanes. El parcial de 10-5 al arranque del tercer cuarto devolvió el sol a Mexicali. Entonces, entró en combustión Rigoberto Mendoza, MVP, padre primerizo, empujado por el espíritu de su primogénito y una pizca de amor propio. Siete puntos en cuatro minutos cerraron el partido a una posesión de diferencia (52-55). El triple de Andriassi prendió fuego al Juan de la Barrera. La orilla estaba al bambolear de la próxima ola (55-57). Y ‘Rigo’ empató con una bandeja servida por Oglivie y el partido reseteó al calor de las llamas.
Un nuevo triple de Rigo, la apoteosis, motivó la furia de Déniz y el delirio de las tribunas. La ventaja de 14 puntos de inicio fue un castillo en el aire para los Soles. El arsenal de Díaz disparó fuego a discreción: James se llenó de puntos y tapas, Rigo recolectó suspiros y porrazos y los Soles solo se asomaron por la ventana de Luke Martínez. Pero las llamas alcanzaron a Rigo, quien sufrió la embestida de Daniels en un esmero de bloquear un viaje al aro. El delantero de poder cayó sobre la maltrecha pierna derecha de Mendoza, quien abandonó el parque entre el dolor y los peores augurios médicos. Los Capitanes no sucumbieron al terror; los triples de Andriassi y Oglivie sacudieron el pánico. El partido entró en frenesí y se volvió irreseñable; esta crónica cedió a la infernal sucesión de acontecimientos y sólo acompañó el goce de los minutos finales, abrochados por el robo de Oglivie en la última ofensiva fronteriza. Los Soles cayeron por sexta vez en la temporada. Las rarezas que suelen arrojar los partidazos