Emmy Andújar, el baloncesto y la vida después del cáncer
El alero combatió y venció al cáncer. Ahora, anhela con lograr el campeonato con Capitanes. Espera que su ejemplo inspire a quienes padecen la enfermedad.
Los últimos dos años de 'Emmy' Andújar (Nueva York, 1992) no han sido, precisamente, apacibles. En 2018, los médicos le detectaron un agresivo cáncer testicular que le obligó a abandonar la concentración de los Capitanes mientras disputaba las finales de la LNBP 2018-2019 frente a Soles de Mexicali. Después, cuatro meses y medio de quimioterapias, la tortuosa espera, el regreso a las duelas, la lucha consigo mismo, un campeonato en Puerto Rico, la segunda oportunidad, una medalla en Juegos Panamericanos, el aplauso del Juan de la Barrera, el nuevo amanecer. Y después del dolor, de la dificultad, el alma expiada y el sol que sigue esperando al final de la noche.
Y un día amaneció. Durante su recuperación, las quimioterapias y el alta médica posterior, Emmy nunca estuvo solo. Su familia, sus amigos y sus compañeros de Capitanes lo acompañaron, en presencia o a la distancia. Ellos fueron su principal sostén: "Fue muy difícil. La gente que ha pasado por esto sabe lo complicado que es. Tienes que ser muy fuerte, en lo mental, y necesitas a tu familia y amigos a tu lado, que te apoyen para seguir peleando", confesó en entrevista con AS. Ellos, y su amor por el baloncesto. Ese deseo de volver, de palpar la pelota, de que el corazón retumbara con el rebote sobre el parqué, el sonido del balón que raspa las redes y las gradas que rugen. "El baloncesto es mi vida. No sabía si tenía la oportunidad para volver a jugar. Fue un tiempo muy duro para mí y gracias a Dios sigo aquí. Tengo otra oportunidad", explica con la mirada tranquila después de una ardua sesión matutina en el Juan de la Barrera. Extendió el entrenamiento varios minutos más para afinar su puntería desde la línea de libres junto a Joel James y Moisés Andriassi. Este es su sueño.
"Como si nunca me hubiera ido"
Emmy Andújar ahora siente que su vida trasciende el baloncesto. Que se ha quedado para cumplir un propósito más. "Dios me puso en esta posición, para ayudar a la gente. Esto es mucho para mí, es más grande que el baloncesto. Quiero ver por la gente, por los niños que están pasando esto" , desvela. Entre sus planes a futuro está el deseo de impartir conferencias de superación personal y abrir una fundación para apoyar a pacientes de cáncer. "Uno nunca sabe cuándo viene tu tiempo. Quiero abrir algo, porque sé que no hay mucho dinero para ayudarlos. Sé que puedo hacer un pequeño aporte y quiero hacerlo, aquí en México, en Puerto Rico y en Estados Unidos", comparte. Al tiempo, seguirá enfocado en su carrera, en reencontrar el 100% de su baloncesto, y lograr con Capitanes el ansiado título de la LNBP, dos veces esquivo en los últimos años. Y de compartir lo que le ha dejado la experiencia para utilidad de quienes están pasando lo mismo. Y disfrutar de su segunda oportunidad. "Todos los días trabaja duro y sigue ahí y no lo dejes porque algo te pasó. Nadie tiene una vida tranquila. Hay cosas que van a pasar, pero uno tiene que seguir peleando siempre", remata antes de tomar la pelota y volver a tirar al aro.