Los fantasmas de Cruz Azul
Mucho se habla de los fantasmas de Cruz Azul. Que la Noria está embrujada por el cementerio que se encuentra junto; a eso se atribuye los casi 22 años sin títulos de los 'celestes'.
Es cierto, Cruz Azul tiene fantasmas aunque no vienen del panteón, vienen de la directiva y de la institución misma. La organización es una nube de dudas y problemas y eso tiene repercusiones en la cancha y en el espíritu colectivo.
Desde hace mucho tiempo el fútbol dejó de ser la prioridad para convertirse en el pretexto. Es el giro de la organización más que la razón de ser la misma. Ya es difícil sobrellevar la derrota de tu equipo en la cancha como para que la directiva y organización estén podridas y sean los peores enemigos de su propio equipo.
Ante esta situación, ¿cómo motivar a los jugadores? ¿Cómo pedirles seriedad? ¿Cómo exigir que sean profesionales y que sientan la camiseta? La camiseta está manchada. Los aficionados empiezan a abandonar el barco. Nadie cree en el equipo y quien mantiene la fe es más por un recuerdo, por nostalgia.
Es por eso que no importa la temporada, el técnico (sea Caixinha, Mohamed, o el que venga), los fichajes, el torneo, la situación no cambia. Cruz Azul arrastra problemas que deberían de ser su prioridad; es la primera victoria que deberían de buscar, poner orden en el equipo y los ojos en la cancha. Lo importante son los goles, no los directivos.
La inestabilidad es uno de los peores enemigos del deporte. Nosotros, como mexicanos, lo sabemos. Cada que hay problemas, cada que hay sombras, hay que voltear a ver hacia dentro, no buscar las respuestas fuera. Ésos, esos son los verdaderos fantasmas de Cruz Azul.
