‘Pollo’ Briseño relata entre lágrimas cómo fue su gol
El defensa se estrenó como romperredes de Chivas, tanto que sirvió para darle la primera victoria al equipo.
Tras 24 segundos en el césped, Antonio Briseño se levanta. Vuelve en sí, luego del duro golpe que se ha llevado al abrir el marcador. Recibe felicitaciones de sus compañeros. Festeja con furia, en medio de lágrimas. Y después del 2-0 de Chivas sobre Tigres, el refuerzo del Rebaño Sagrado se emociona de nuevo hasta el llanto, al explicar las razones que lo hicieron emocionarse tanto en la cancha.
“Cuando cabeceo, choco y con el golpe, me apagué un segundo. Tuve como un sueño donde todos me decían ‘felicidades, buen gol’. Me empecé a imaginar todo, un gol de local en mi debut y se me juntaron muchos sentimientos. He llorado una vez que fue allá en Europa cuando metí mi primer gol y ahorita también tengo sentimientos encontrados. Es algo muy bonito”, explica.
“Es algo que no puedo explicar, pero la verdad es que he peleado. Tuve que irme a Europa, jugué en Ascenso, regresé a Primera División y ahorita es algo que se lo debo a mi familia. Me pone contento”, prosigue. Pero el “Pollo” Briseño no puede más. La emoción le supera y las lágrimas aparecen de nuevo en su rostro, como minutos antes lo habían hecho en la cancha.
Tomas un respiro para controlar la exaltación del momento. Pone la mano en los ojos. Reflexiona todo lo que ha necesitado para llegar a este momento. Y finalmente continúa. “Pensé en ellos, en mi esposa, en mi hija, en mi familia. Es parte de un proceso, de una maduración mía y lo importante es que el equipo ganó”, sentencia el zaguero central.
Ahora, dice que el progreso de su carrera es como lo imaginaba, sin arrepentimiento por volver de Europa. “Claro que los sueños se cumplen y es un sueño estar aquí. Ahora hay que seguir sumando, el equipo necesita de todos y hasta cancheros, cocineros y utileros. Todos estamos unidos para conseguir el objetivo con la institución. Estamos con una presión fuerte, porque todo mundo habla de nosotros y es eso también: un desahogo grupal que cada uno tenía guardado. No hemos ganado nada y estamos un proceso de mejoramiento”, concluye Antonio Briseño.