Alexey Shved pone a prueba el ascenso del Real Madrid de Ayón
El base ruso, en pleno resurgir después de una larga lesión, liderará la recepción hostil en Moscú para el Real Madrid, que venció al Fenerbahçe en la ronda anterior.
El varapalo (amenazas de boicot y deserción mediante) que supuso para el Real Madrid la doble derrota frente al Barcelona en su semana negra, despojado de la Copa del Rey por el estrabismo de los jueces (o justicia divina, depende del cristal con que se mira), ha quedado en el pasado. El color de la temporada ha cambiado en un santiamén. Es lo que causa una victoria de estruendo, con arte de por medio, frente al todopoderoso Fenerbahçe en Madrid; los pupilos de Pablo Laso impartieron cátedra en cuatro cuartos de autor: 101-86, con Anthony Randolph en modo MVP (21 puntos, 25 de valoración) y 7+4 de Gustavo Ayón. Una victoria de pergaminos, de mérito y crédito. El viaje a Moscú, para encarar al Khimki Moscow Region (en un partido que podrás disfrutar a través del Facebook de AS México a partir de las 11:00 am del jueves 14 de marzo), pondrá a prueba el ascenso. El Madrid, espejismo o realidad.
No obstante, las excursiones no son muy amistosas para el Madrid. Los merengues han caído en tres de sus últimas cuatro visitas; la única de ellas, un discutido 82-86 frente al Darussafaka Tefken Istanbul, el peor equipo de la Euroliga, nada más (3-22). El test que supuso la visita al Palau Blaugrana, en plena depresión post-Copa del Rey, desnudó las falencias del roster de Laso: cuando Llull no encuentra la brújula, ni el tesón de Randolph es suficiente. Además, el Mytishchi Arena da barniz de equipo competitivo al Khimki; seis de sus nueve pírricas en el curso han ocurrido en los suburbios moscovitas. El enternecedor performance del jueves pasado en el Wizink Center, no obstante, ha vuelto a colocar los momios a favor de los merengues, que se encomiendan a la Euroliga como el clavo ardiendo para su feligresía. Europa, siempre al rescate. Queda una bala para el madridismo, pero es de cañón.
En Madrid, los merengues triunfaron 79-74 en la ronda 7, el 15 de noviembre pasado, gracias a la combustión de Jaycee Carroll (15 puntos). Por el Khimki, sin embargo, puso la mejilla Jordan Mickey, cuyo eléctrico doble-doble (12+10), cubrió la ausencia de Alexey Shved, quien pasó el partido entre algodones para reaparecer una semana después, frente al Podgorica, y volver a la lista de lesionados hasta el 28 de febrero. La temporada MVP de Shved se cortó, como su dedo meñique; hasta su fractura, promediaba 25 puntos por noche, una media inusualmente alta para Euroliga, deslumbrante para estándares NBA. En sus dos apariciones tras su recuperación, ha sumado 38 unidades, lejos de su fantasiosa versión de octubre-noviembre. Pero el talento no se le escapa de los dedos. En ambos duelos superó los 15 puntos de valoración, y frente a Milan labró un doble-doble de nostalgia (23+11).
Shved servirá la magia y Llull replicará. El duelo entre bases, destinados a encontrarse en cada pick & roll, marcará un duelo en el que Jodan Mickey y Malcolm Thomas amenazan con prender fuego al parqué, siempre y cuando sean capaces de sellar la pintura frente al mejor equipo en el rubro: el Madrid lidera la Euroliga con una media de 35.9 tablas por noche, caso opuesto del Khimki, penúltimo en el departamento (30.0). La injerencia de Gustavo Ayón en el poste bajo, a priori, será una clave para probar si el Madrid es un espejismo o una realidad.