Ni Bulls ni Magic temen a la altitud de la Ciudad de México
Los equipos que disputarán el primero de dos partidos de temporada regular de la NBA 2018-2019 en México experimentarán una altitud sin comparación en la liga.
La temida altura de la Ciudad de México es un obstáculo (mentalmente) infranqueable para atletas-equipos que acuden desde altitudes menores a disputar un evento deportivo. 2,250 metros sobre el nivel de mar; los desacostumbrados deportistas acusan dificultad para respirar, el cuerpo pesado, el desempeño aeróbico mengua y, por ende, la potencia y la resistencia. Por ello, diversos equipos, en el caso del fútbol, deciden viajar el mismo día del partido, para que el golpe por el 'mal de altura' tarde en sacudirles.
Nikola Vucevic, el pivote estelar al Magic, sí ha resentido los efectos de los 2,250 metros. “No ha sido fácil. Practicamos hoy y ojalá eso pueda ayudar, pero es lo que es. Es lo mismo para los dos equipos y solo tenemos que intentar no pensar en ello y acostumbrarnos. Es lo mismo para ambos, por lo que espero que no haga diferencia", zanjó. Zach LaVine, estrella de los Bulls, asiduo a los mates imposibles, ya experimentó el calor del público mexicano en 2014 cuando enfrentó en la Arena Ciudad de México a los Houston Rockets de James Harden y sabe cómo hay que lidiar con el 'soroche': "Me siento genial, es mi segunda vez aquí. La pasamos muy bien. Lo que le dije al equipo es que Denver esta una milla de altura y aquí es una milla y media más arriba. Así que tenemos que sudar mucho y practicar".
La sensación general la resume el finlandés Lauri Markkanen, quien considera que la altitud no es un motivo de intranquilidad en el cuartel de los Bulls, más ocupado en sus diatribas intestinas que en el mal de altura: "No estamos preoucpados. Hay otras ciudades en la NBA que tienen altitud también. Es lo mismo para ambos equipos. No estamos poniendo el foco en eso". Que corra la pelota, solamente.