Suecia golea a México pero Corea mete al Tri a octavos
La Selección Mexicana cayó 3-0 con Suecia, sin embargo, la derrota de Alemania contra Corea le dio el pase a octavos de final al conjunto de Juan Carlos Osorio.
Con que así es como se siente... Cuando el alma vuelve al cuerpo, la cerveza vuela. Se festeja. Porque no hay mayor celebración que la vida misma. Y el Tricolor de Juan Carlos Osorio acaba de ganar eso mismo, cuando miles de aficionados se abrazan en la tribuna de la Arena Ekaterimburgo. México respira, pero no por mérito propio.
Te puede interesar: ¿Cuándo juega México con Brasil en los Octavos de Final?
La grada festeja, pero nada que haya ocurrido en este césped, donde el conjunto azteca ha ofrecido su peor actuación: derrota de 3-0 ante Suecia. Hay llanto entre los jugadores. A Edson Álvarez lo levantan del suelo sus compañeros. No puede más. Como si el alma se le hubiera ido. Pero la afición que se abraza, le hace saber que ha vuelto al cuerpo de todos.
La victoria de Corea del Sur sobre Alemania le ha dado a México el pase a la siguiente fase. Una historia que se puede contar por partes, porque el viaje entre la vida y la muerte no puede ser explicado de otra manera...
Capítulo 1. Sufrimiento. Ya se sabía: Suecia es fuerte por arriba. A eso hay que sumarle el inicio nervioso de México. Jesús Gallardo es amonestado en apenas unos segundos de juego. Y de esa falta surge la primera de peligro, un recentro, de cabeza por supuesto, que Andreas Granqvist no alcanza a rematar. El propio Gallardo saca la redonda con apuro, en el área chica, cuando le quedaba a Ola Toivonen.
Guillermo Ochoa toma el balón en la línea del área grande. El árbitro considera que es fuera. El derechazo potente de Emil Forsberg es sacado por el arquero mexicano sobre la raya, al ‘5. Otra vez por aire: tiro de esquina pasado, recentro de Granqvist y la chilena descompuesta de Marcus Berg pasa apenas por un costado, al ‘11.
La afición juega su partido. Por eso, cuando Javier Hernández falla un balón, aparece el apoyo: “¡Chícharo, Chícharo!”. Y el atacante responde de inmediato con una barrida para recuperar. La bola le queda a “Chucky” Lozano, que toca hacia Carlos Vela. Recorte al centro. Zurdazo a centímetros del poste. La única de México, al ‘16. Se sufre demasiado.
Capítulo 2. Angustia. Pelota sin mayor complicación. Al menos eso aparenta. Javier Hernández corta en área propia. Se ayuda con la mano. El árbitro deja pasar y señala el posterior tiro de esquina. Hay reclamos. Se pide revisión en video. Se obtiene. El VAR ha traído consigo nuevas emociones al futbol moderno.
La Arena Ekaterimburgo entra en un tenso silencio. Los miles de mexicanos callan. El árbitro argentino Néstor Pitana va a la orilla del campo. Se hace la consulta de imágenes sobre la mano dentro del área. Vuelve al terreno de juego. Señala el banderín y no el manchón. Felicidad azteca. Frustración sueca, al minuto 28.
Otra vez por arriba, Suecia hace lo que quiere. Luego del enésimo recentro en el partido, Marcus Berg remata y Guillermo Ochoa tapa sobre la línea, al ‘30. Y todavía al ‘45, descolgada del propio Berg. Defensa mal parada. Zurdazo que pega en las redes... por fuera del arco. Vaya manera ahogarse en un mar de angustia.
Capítulo 3. Drama. México ha corrido con suerte. Tal vez demasiada. Ni la buena ni la mala son eternas. Tarde o temprano, se acaba. Larsson abre a la derecha para Berg. El servicio es raso. En el corazón del área. Claesson rebana. Con tanta fortuna, que le queda a Ludwig Augustinsson. Remate de zurda, como viene. Ochoa alcanza a meter el brazo, pero termina en las redes. Gol de Suecia, al ‘50.
México está contra la pared. Con la derrota, se abre la posibilidad de quedar eliminado de la Copa del Mundo. Momentos de total descontrol. Héctor Herrera pierde la bola en medio campo. Descolgada veloz. En el área, barrida de Héctor Moreno, a la pierna de Berg. Penal. Amarilla para el zaguero, su segunda del torneo. Se pierde el siguiente encuentro. El capitán Andreas Granqvist cobra seguro. Potente disparo de derecha. El arquero adivina la trayectoria, pero es imposible. El 2-0 para Suecia, al ‘61. Ahora, el Tricolor ya no depende de sí mismo para seguir adelante.
Capítulo 4. Agonía. La desesperación se ha puesto la camiseta verde. Nervios. Fallas. Imprecisión. Ni pies ni cabeza. El extraordinario trabajo de los dos primeros partidos se ha perdido en el último de la primera fase. Saque de manos que se cobra largo. Por arriba, otra vez, Thelin le gana a Moreno. Peina al área chica.
Édson Álvarez, abanica en el intento de despeje. En la otra pierna, el balón le rebota. Lentamente cruza la línea, al ‘74. Gol de Suecia. El tercero de una tarde fatídica en Ekarimburgo. Parece una sentencia definitiva, que aniquila la ilusión. El Tricolor depende de lo que ocurra en Kazan. Con el 0-0 entre Corea del Sur y Alemania, actual campeón, basta un gol teutón para decir adiós al Mundial.
Capítulo 5. Resurrección. Los minutos finales son de absoluto desánimo. En la cancha, nada que hacer. México ha dado una pobre exhibición y no habrá de cambiar en los últimos instantes. Todo está perdido. En la tribuna hay aficionados llorando. Pesadumbre absoluta. Como un velorio.
Entonces, alguien recuerda que si la lucha está perdida aquí, queda un frente más. En las gradas, los mexicanos van a sus celulares. Refresh. Refresh. Con desesperación, se busca el resultado. Y de repente, la cerveza vuela. Una escena de triunfo, como en Luzhniki contra Alemania o ante Corea en Rostov. Abrazos infinitos. Celebración de vida. No por lo que ven en la cancha, sino en una pantalla: gol de Corea del Sur.
Los asiáticos, en Kazan, sentencian la eliminación del campeón del mundo y dan vida a México. El Tricolor sigue adelante, con ayuda, sufrimiento, angustia, drama y agonía... con todo y todo, está en Octavos de Final de Copa del Mundo, a pesar de su peor actuación.