Después de la invasión, el éxodo de mexicanos
Alrededor de 35,000 aficionados de la Selección Mexicana se trasladaron a Rostov del Don para presenciar el partido ante Corea. Varios regresaron a Moscú al término del mismo.
La noche de este sábado, el Aeropuerto Internacional de Rostov parece el de algún destino vacacional mexicano en temporada alta. Está completamente lleno de camisetas verdes y blancas. Ha comenzado el éxodo de 35,000 seguidores que invadieron esta ciudad al sur de Rusia, para apoyar a la Selección Mexicana.
La terminal aérea se encuentra a una hora por carretera de la ciudad de Rostov, así que el acceso no es sencillo. Una gran cantidad de vuelos han sido habilitados a lo largo de la madrugada. “No es del todo común un viaje a Moscú a las 02:50 horas”, explica una de las personas que asisten a los viajeros.
Como la madrugada promete ser larga y no todos los mexicanos vuelan pronto, algunos han optado por dormir incluso en el suelo del aeropuerto. Al menos unas horas de descanso antes de continuar la travesía, pues muchos de ellos seguirán el camino rumbo a Ekaterimburgo.
En esa ciudad, la Selección Mexicana enfrentará el miércoles a Suecia, en el tercer partido del Grupo F en la Copa del Mundo de Rusia 2018. Por lo pronto, tras invadir Rostov, es hora de empezar la salida. Y para pasar el rato, se recurre a cualquier cosa.
Algunos entran a restaurantes y sufren porque se ha terminado el hielo. En la cuidad de Rostov, el calor y humedad son difíciles de soportar. El reclamo es hasta simpático. Mexicanos al fin. Uno empieza y los demás le siguen al grito de “ice, ice, ice, ice”. Para su desgracia, no hay respuesta positiva y las bebidas no están suficientemente frías.
Otros optan por sacar un balón y comenzar a tocarlo en plena terminal aérea. Forman un círculo y con pases cortos pasan el rato. Así, ha comenzado el éxodo. Los mexicanos abandonan Rostov.
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