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SELECCIÓN MEXICANA

El sueño que sigue vivo después de ocho años

Jonathan dos Santos habló del sueño que tiene en Rusia 2018: jugar un partido junto a su hermano Giovani. Además, se dijo feliz por iniciar el Mundial con un triunfo.

MoscúActualizado a
Foto durante la conferencia de prensa de la Seleccion Mexicana de Futbol desde las instalaciones del Dynamo de Kiev en Moscu.
David LeahMEXSPORT

La sangre es el vínculo más fuerte que existe entre seres humanos. Por eso, los hermanos Dos Santos se aferran a un sueño. Poco importa que hayan pasado ya ocho años de la primera oportunidad que tuvieron para concretarlo. No claudican. Giovani y Jonathan tienen una ilusión: estar en el campo juntos, durante una Copa del Mundo.

Hoy por vez primera tienen la oportunidad. Giovani, el mayor, se encuentra ya en su tercer Mundial. Para Jonathan es apenas su primera gran cita: en los dos procesos anteriores se quedó muy cerca, en 2010 con Javier Aguirre y en 2014 con Miguel Herrera como técnico de la Selección Mexicana. Ahora, al fin, los dos son parte de los 23 convocados en Rusia 2018. El sueño está cerca de concretarse.

“Ha sido un proceso muy largo, ocho años he estado esperando este momento y es un sueño el solo estar aquí. El futbolista siempre quiere jugar, tener minutos y más con su hermano. Dios quiera se pueda dar el estar los dos en el campo. Es un sueño que tenemos desde chiquitos y ahora lo importante es que estamos al 100 por ciento, dispuestos para cuando el profesor lo requiera. Me siento feliz de mi primer Mundial porque los tiempos de Dios son perfectos”, explica Jonathan dos Santos.

Luego del primer encuentro ante Alemania, ninguno de los dos ha tenido minutos. Imposible saber cuándo jugarán o si en algún momento lo harán juntos, como desde niños soñaron. Lo único que los Dos Santos pueden hacer es prepararse para estar listos por si la situación de presenta.

Lo más importante es que juegue quien juegue lo haga bien. Siempre hay que estar preparados por si se requiere, los 23 que estamos. No somos un equipo, sino una familia, el ambiente es extraordinario, no hay nadie que no esté feliz aunque no haya jugado”, detalla.

“Es peor no jugar porque tienes más nervios en la banca, pero siempre confías en tu compañero porque sabes que lo que se entrenó se hará a la perfección, como se hizo ante Alemania. Feliz por los que jugaron y los que no jugamos igual de felices, no pude dormir hasta altas horas de la noche por los nervios y feliz por empezar con el pie derecho”, concluye Jonathan dos Santos.