José Sánchez, un mexicano con siete Copas del Mundo
En las calles de Moscú nos topamos con José Sánchez, quien nos cuenta su historia a lo largo de siete Mundiales siguiendo a la Selección Mexicana.
Las calles de Moscú empiezan a poblarse, poco a poco de mexicanos. conforme se acerque el domingo, día del debut del Tricolor que dirige Juan Carlos Osorio, muchos más llegarán. Por ahora, la capital rusa va tomando ese color verde que le dará alegría a la Copa del Mundo.
Andar por el centro de la capital rusa es toparse con una infinidad de culturas distintas. Viajeros del todo el mundo se encuentran aquí. Los argentinos cantan de forma inconfundible. Los peruanos son quizá los más ruidosos y cómo no: tenían 36 años sin asistir a la máxima fiesta del futbol. Y entre los mexicanos, AS México se ha topado con José Sánchez.
Viene de la Ciudad de México y confía en que el Tricolor le dará, en su despedida de las Copas del Mundo, la mayor alegría de su vida: “Llegué apenas ayer y ya son siete Mundiales, con este. Vengo con la ilusión de que antes de que me muera, lleguemos al séptimo partido, pero bueno, ya con el quinto me conformo”, sentencia.
Y asegura que, pese a la duda de todo un país, existen motivos para creer que se puede: “Esta vez tenemos una camada muy buena, hay desconfianza en Osorio, pero puede ser estrategia, creo que podemos llegar al quinto partido. Tenemos jugadores muy buenos, demasiado buenos... ahora, falta que tengan voluntad y quieran hacerlo. Ojalá que comprendan que venimos de muy lejos, gastando y todo para que nos llevemos una alegría”, afirma.
“Ahorro cada cuatro años para poder venir y bueno, ahora mis hijos ya trabajan y tienen manera de que se cooperen para que le entre, ¿no? Nos quedamos los tres partidos, queremos disfrutar ya la retirada, el adiós por la edad. Nos vamos a quedar 30 días, pero definitivamente es mi último Mundial”, concluye José.
La calle repleta, a unos pasos de la emblemática Plaza Roja, es un mosaico multicultural. Ahí es donde José Sánchez sigue su recorrido, junto a su familia. Es la séptima Copa del Mundo en su historial. Será también la última. Y sueña con decirle adiós a la gran fiesta de buena manera.