100 HISTORIAS DE LOS MUNDIALES | 28
El partido más violento de un Mundial: La Batalla de Berna
Brasil y Hungría protagonizaron una violenta lucha física durante su partido de cuartos de final en Suiza 1954. Un episodio de vergüenza y desastre dentro de la historia de las Copas del Mundo.
Es común que en el futbol y en otros deportes se utilice el término “batalla” para hacer analogía a un partido entre dos equipos que se enfrentan. Una palabra bélica que sirve para enaltecer a los atletas que logran lo que muchos tan solo sueñan. Sin embargo, en varias ocasiones los protagonistas dentro del terreno de juego se han dejado llevar por sus pasiones y han sobrepasado los límites de la violencia. El ejemplo más claro dentro de una Copa del Mundo posiblemente sea el encuentro entre Hungría y Brasil en 1954, cotejo recordado como “La batalla de Berna”.
Hungría y Brasil se encontraron en cuartos de final de aquella Copa del Mundo luego de avanzar como primer lugar de sus respectivos grupos. El partido se disputó en el Wankfordastadion de Berna, en Suiza. En aquel entonces, los europeos eran una de las potencias a vencer, pues contaban con una de las máximas figuras del momento, el goleador y multicampeón con el Real Madrid, Ferenc Puskás. Por su parte, los sudamericanos aparecían como los subcampeones y querían revancha por el título.
Al ser un partido de eliminación directa, ambas escuadras salieron con intensidad a buscar llegar a las semifinales. Nándor Hidegkuti abrió el marcador para los húngaros en los primeros minutos y Sándor Kocsis amplió la ventaja unos momentos más tarde. Para el minuto 18, los brasileños recortaron por la vía del penal con un tanto de Djalma Santos.
En ese momento, los ánimos comenzarían a calentarse entre los jugadores de ambas escuadras. Situación que lejos de calmarse con el trascurso del cotejo. Durante la segunda parte, los jugadores comenzaron a tomar actitudes cada vez más violentas y con el afán de lastimar a sus adversarios. Patadas, barridas y empujones fueron los principales recursos utilizados por ambas partes.
Así transcurrió el partido cuando llegaron otros dos tantos que enfurecieron aún más a los equipos. Mihaly Lantos marcó en el segundo tiempo de penal y Julinho volvió a acercar a Brasil. Minutos más tarde, József Boszsil intercambió golpes con Nílton Santos en medio del campo y ambos fueros expulsados. Igualmente, salió por tarjeta roja el carioca Humberto por agredir físicamente a Gyula Lóránt al minuto 79.
El partido terminó con un triunfo 4-2 de los húngaros, pero la violencia no culminó ahí. Una vez que llegó el silbatazo inicial, las cosas se salieron de control. Los reclamos del equipo brasileño al árbitro Arthur Ellis desembocaron en golpes y ataques directos entre los futbolistas, gente de seguridad y hasta los entrenadores.
Como resultado dela trifulca, varios elementos de ambos equipos terminaron lastimados e incluso tuvieron que recibir la atención médica como el caso del entrenador húngaro Gustav Sebes, quien necesitó cuatro puntos de sutura. Incluso se dice que Ferenc Puskás, quien estaba en las tribunas lesionado, arrojó una botella de vidrio e hirió a Pinheiro en la cabeza de acuerdo con el testimonio de varios asistentes al encuentro. Todo terminó cuando los elementos de seguridad pudieron contener la ira de los jugadores y separarlos.
En ‘La Batalla de Berna’ no había ningún conflicto político ni ideológico detrás. Tampoco algún tipo de rencor social entre ambos países. Simplemente fue un acto violento que se desató a partir del enojo excesivo de un grupo de futbolistas que no supo jugar limpio ni respetar a su oponente. Este vergonzoso episodio es un recordatorio de lo que ocurre cuando las personas no consiguen contener sus pasiones y cómo puede llegar a afectar en un escenario deportivo tan grande como la Copa del Mundo.