SUPERCOPA CATALUÑA | BARÇA 0 (4)-ESPANYOL 0 (2)
Barcelona se lleva la Supercopa Cataluña en penales ante el Espanyol
Los blaugranas se llevaron la tercera Supercopa de Catalunya en los penaltis gracias a Cillessen, Dembelé jugó 62 minutos decepcionantes y Denis Suárez se marchó lesionado.
Barcelona venció al Espanyol en penales para llevarse la Supercopa Catalunya, la cual dejó un trabajo sobrio de los dos porteros, Pau y Cillessen, la emoción de los penaltis con el holandés decisivo (y con baile de Yerry Mina) y que resultó un nuevo fiasco de Ousmane Dembélé, al que por más tiempo que se le quiera conceder ofrece unos síntomas preocupantes de desconexión con la realidad de su equipo. El francés, un lobo solitario, pasó sin pena ni gloria por el Camp d’Esports de Lleida. Da la sensación de que, más allá de sus dos lesiones, la inversión de 105 millones más 35 de variables que hizo el Barça este verano presionado por la huida de Neymar está bajo sospecha.
Resultaba demasiado optimista pensar que podría funcionar un Barça experimental con ocho suplentes habituales que no habían jugado juntos ni un partido. Valverde organizó al equipo con el ‘viejo’ 4-3-3 con André Gomes haciendo de Busquets y Dembélé y Aleix en los extremos. El francés, en su planeta, realizó varios slaloms hacia ningún sitio. Aleix, como cuando juega con los mejores, se metió por dentro y, de hecho, pudo abrir el partido con un buen robo en el primer minuto que le permitió dejar solo a Alcácer. El valenciano, un desaparecido hace semanas de las alineaciones, mandó el balón a las nubes. El Espanyol se hizo con el partido después de las primeras escaramuzas gracias al control de Granero, Darder y Jurado en el medio. Cillessen salvó a un Barça sin pasión en un mano a mano de Piatti y un par de zurdazos con el sello del argentino y Adrià.
La primera parte acabó con la lesión de Denis y la segunda empezó con otra oportunidad enviada al limbo por Alcácer, que ha perdido el ángel que tuvo por momentos a principios de noviembre. El Espanyol siguió merodeando la portería de Cillessen, seguramente el jugador más fiable del Barça. Mientras, Dembélé, que en la primera parte estuvo desacertado y en la segunda fue una auténtica sombra, se marchó en medio de la indiferencia del personal. Pau respondió a las paradas de Cillessen con otras dos intervenciones seguras. El mal menor del partido eran los penaltis. La Supercopa de Catalunya, baile incluido de Yerry Mina, la levantó el Barça gracias a Cillessen. Pero a Dembélé todavía lo están buscando.
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