Peña 'Los Elegantes' de Honrubia, la que inspiró la conquista de la Octava
La Cuenca manchega. Todo el mundo conoce Cuenca por sus famosas Casas Colgadas y la maravillosa Ciudad Encantada, pero si te metes en ruta entras en la parte manchega de esta atractiva provincia. A unos 33 kilómetros aparece Honrubia, un pueblecito de 1.700 habitantes que se hizo famoso en la primavera del año 2000 cuando Real Madrid y Valencia se clasificaron para la final de la Champions. La UEFA fijó la sede en París, pero surgió en tono jocoso esta posibilidad: ¿Y si se juega el partido en el pueblo que se encuentre justo a mitad de camino entre Madrid y Valencia para facilitar el traslado de las dos aficiones? Ese pueblo era Honrubia, ubicado a unos 170 km de cada una de las dos ciudades. En París, el Madrid levantó la Octava metiéndole un 3-0 imperial a los valencianistas. Los vikingos de Honrubia dieron por bueno el cambio de sede...
Fiebre blanca. Aquí el Madrid es una religión. Son mayoría y no se cortan en demostrarlo. Por ejemplo, el secretario de la peña, Oliver García, que se casó el pasado verano con su novia Cristina en la capilla del Espíritu Santo de Cuenca. Hasta ahí todo normal. Lo bueno es que al entrar los novios la música elegida por la pareja, con el órgano solemne, fue la sintonía de la Champions. “Música celestial para mis oídos en el día más grande de mi vida. Después de tres Champions en cuatro años era lo mínimo que podía hacer...”, dice orgulloso Oliver. A su lado sonríe Paco, el infatigable presidente de la peña ‘Los Elegantes’, que hace 31 años empezó el papeleo para ver cumplido su sueño de tener una peña merengue en el pueblo, aunque él es de Cervera de los Llanos. En ese empeño le ayudó mucho Alonso Lozano, que ya vio desde el cielo las Champions de Lisboa, Milán y Cardiff. “Él era la alegría de todos. Su madridismo era puro, Roncero”.
Alcaldesa. La cena se celebró en el restaurante Paraíso. El establecimiento lo lleva el sobrino de Marino, conocido hostelero de la A-3 que ejerce su madridismo firme desde su famoso restaurante, donde las cajas de Miguelitos de La Roda (de crema y de chocolate) se convierten en una dulce tentación que desafía los niveles de glucosa recomedados por los médicos. Confieso. Yo pequé. También la alcaldesa del pueblo, Soledad Nieva, madridista entusiasta, que me explicó porqué cree que eliminaremos el 6-M al PSG: “Yo nací en martes y 13 y fíjate lo bien que me ha ido. El 13 me da suerte. Ganaremos la 13ª”. ¡Alcaldesa talismán!