Héctor Moreno debuta con la Real Sociedad en empate de Europa League
Los donostiarras están obligados a ganar en Salzburgo tras el 2-2 del japonés en el último segundo del partido.
La Real Sociedad está obligada a ganar en Salzburgo para seguir vivo en la Europa League. Y todo después de empatar (2-2) contra el equipo austríaco en Anoeta en un partido que remontó cuando se le puso muy cuesta arriba, pero que terminó igualado en la última jugada del partido. Golpe duro para una Real que supo reaccionar, pero no aguantar el resultado a favor que había logrado.
Los primeros quince minutos apabullantes de la Real dieron paso a otra fase extraña en la que los donostiarras empezaron a jugar con fuego, porque se iban cayendo poco a poco, hasta que el Salzburgo aprovechó una cadena de errores de la defensa realista tras el saque de córner en el que Mikel Oyarzabal se metía sin querer el balón en su portería, tras una mala salida de Rulli.
El gol hizo mucho daño a la Real, que perdió el control del balón y, por lo tanto, del partido, mientras el Salzburgo dominaba cada vez con más claridad y tenía ocasiones suficientes como para ampliar su ventaja de forma decisiva. El descanso era lo mejor que podo pasarle a una Real llena de dudas y totalmente a merced del Salzburgo. El problema fue que el comienzo de la segunda parte fue un calco de lo que había ocurrido en los primeros minutos. Parecía un milagro que la Real fuera perdiendo por la mínima.
Pero entonces, cuando peor estaba la Real, llegó la chispa que encendía la llama europea de Anoeta. La prendió Odriozola con una jugada personal llena de garra y fe que finalizaba con un trallazo que fusilaba al portero del Salzburgo. Ese gol sirvió para hacer renacer a una Real que parecía muerta, que se levantó de la lona para buscar la remontada. La buscó con mucho corazón, con llegadas a la portería austríaca y encontrándola en una falta llena de pillería brillantemente lanzada por Januzaj, que con sus acciones individuales cambió el partido y permitió a la Real dar la vuelta a una situación muy compleja. Sin embargo, el guión europeo iba a ser muy cruel con los donostiarras. Vieron cerca el 3-1, pero en la última jugada del partido, el japonés Minamino enmudecía Anoeta al rematar a la red una buena jugada colectiva del Salzburgo. Era el 2-2 que complica mucho la continuidad de la Real en Europa.
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