Con paso firme a Segunda
El Deportivo ha cometido infinidad de errores esta temporada. El que no lo siga habitualmente se puede ahorrar los 21 anteriores y ver el de Anoeta, un partido que los reúne todos y alguno más. Para empezar, Cristóbal. El técnico parece haber perdido el norte y mandó a los suyos al matadero. Dispuso un once sin músculo, desequilibrado y con un plan incomprensible. Sacó juntos a Krohn-Dehli, Carles Gil, Adrián, Fede Cartabia y Lucas... ¡para ni oler el balón! Todos atrás, sin presión alguna sobre una Real Sociedad que en 2018 había perdido todos los partidos y tenía tantas dudas como los blanquiazules. La primera parte fue la nada. Una banda izquierda superada, mil pérdidas en la salida de balón, ni dos pases seguidos... Y luego, un fallito individual, de Bóveda en el fuera de juego, para que marcarse Willian José.
Si lo visto en el primer tiempo fue lamentable, el segundo sirvió para sufrir una nueva humillación. Cómo no, tenía que aparecer un grueso fallo en la portería. Illarramendi, que cuando juega con el Depor los marca a pares, no se podía creer la cantada de Rubén. Y después apareció otra triste característica de un equipo que huele a cadáver: dos bofetadas (a veces basta con una) y brazos a ras de suelo. Para que hubiese de todo un poco, pues un gol de estrategia en un córner, otro regalo al sacar el balón... lo que el rival quiera y el equipo más goleado de Primera para ser líder en algo. Si Eusebio empezó la noche cuestionado, el que sale de ella al borde del cese es Cristóbal. El equipo no sabe a lo que juega, está descompuesto y a día de hoy sólo hay una certeza: camina con paso firme hacia Segunda.
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