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ATLÉTICO DE MADRID

Manny, la perla del Atlético que llegó del Caribe

Abrió el triunfo del filial en Segovia. Un portento físico que empezó a jugar al fútbol con 13 años. El Atlético lo reclutó hace tres campañas. Estudiante de Hostelería.

Actualizado a
Manny, felicitado por sus compañeros tras conseguir el 0-1 en La Albuera.
PEPE ANDRESDIARIO AS

Contundente y decidido, con un físico rotundo que le permite recorrer el campo del minuto uno al 90, pero sobre todo humilde. Los que conocen a Manny (1998, Santiago, República Dominicana) lo resumen así y el dominicano hizo buenos todos esos argumentos el miércoles en Segovia. El Atlético B tenía que ganar a la Gimnástica para seguir alargando su sueño y mirar de cerca los puestos de playoff. Lo hizo y se ha colocado quinto a un punto del Rápido de Bouzas. El partido ante la Segoviana no fue fácil y tuvo a Manny como desatascador.

El caribeño echó mano de todos esos recursos en el 55’ para acelerar y llegar antes que nadie a un pase largo de Adrián Jiménez. Aprovechó la indecisión del portero y el defensa segovianos para meter la pierna jugándose el físico y adelantar al Atlético. Es su tercer gol, los dos anteriores se los hizo al Talavera y al Coruxo. Además queda también el partido que se marcó en Valdebebas, con asistencia incluida. Manny es una de las perlas de las que ya echa mano el Cholo para los entrenamientos. Su carrera, como él, no para de acelerar y eso que empezó tarde. Aterrizó en el Atlético hace tres temporadas para jugar en el Madrileño de División de Honor juvenil. Antes sólo había militado en la Escuela Deportiva de Moratalaz, donde había entrado con 13 para 14 años. Nada precoz. Pero es que el fútbol ni se lo había planteado. Manny llegó a España con 6 años junto a sus padres, quienes, casualidades del destino, se acabaron instalando cerca del Calderón. Él, camarero, y ella trabajando en el sector de la limpieza, sueñan ahora con verle de profesional, pero sin perder la humildad que le han inculcado. Ni tampoco los estudios.

Hostelería.

Manny cursa hostelería y mientras no se pierde un detalle de Carrasco. Sus cualidades son similares y es uno de sus referentes. Hace unos meses su país, la República Dominicana, le llamó para jugar ya con la absoluta. Paso a paso. De momento, quiere asentarse en el Atlético y esperar un poco. Tampoco le importaría que en un futuro le llamara España, su país de adopción. Mientras tiene que pulirse. Comenzó de lateral izquierdo, pero debido a que se inició tarde le faltan todavía automatismos tácticos, y en el Atlético ha ido avanzando su posición. Lo demás lo sustituye con una zancada poderosa, calidad y una explosividad que le convierten en otra arma más del filial de Óscar Fernández.