¿Qué fue de Manny Ramírez? El MVP ausente en Cooperstown
El dominicano que marcó toda una época en los Boston Red Sox, es uno de varios peloteros que indiscutiblemente debería ser miembro del Salón de la Fama.
Manuel Arístides Ramírez Onelcida, mejor conocido como ‘Manny’, probablemente fue uno de los mejores peloteros latinos que han estado en las Grandes Ligas. Nacido en Santo Domingo, capital de República Dominicana, llegó a la MLB en 1993 para los Cleveland Indians y jugó su último partido como ligamayorista en 2011 con los Tampa Bay Rays.
Pero ¿por qué no hemos sabido nada de Ramírez con toda esta plática sobre los próximos miembros de Cooperstown? Fácil, el dominicano es parte de la lista negra de beisbolistas que tienen los números para arrasar con las boletas pero que sus problemas con el dopaje los mantienen al margen de conseguirlo.
Sí, es uno de los tres jugadores que batearon 500 cuadrangulares, 500 dobles y con promedio de bateo por encima de .310; los otros dos son Babe Ruth y Ted Williams. Y sí, es uno de los cinco beisbolistas que anotaron 1,500 carreras y produjeron otras 1,800 en menos de 10,000 turnos al bate; le acompañan Williams, Jimmie Foxx, Lou Gehrig y Al Simmons.
Hay demasiados nombres a su lado que son miembros de Cooperstown y ninguno lo acompaña en esta estadística: 500 home runs, .400 de promedio de embasarse y 20 Grand Slams. Así es, ‘Manny’ es el único con estos números y aun así está muy lejos de ingresar al Salón de los Inmortales.
Muchos podrían pensar que los periodistas que se encargan de la elegir a quienes entran al Salón de la Fama son injustos, pero la realidad no es otra más que su carrera está manchada por dos positivos
Su carrera en la ‘Gran Carpa’ fue más que exitosa: Jugador Más Valioso de la Serie Mundial del 2004, campeón del Clásico de Otoño con los Boston Red Sox en dos ocasiones, elegido al All-Star Game en 12 ocasiones, ganador del Bate de Plata en nueve oportunidades y galardonado en 1999 y 2004 con el Premio Hank Aaron de la Liga Americana.
Pero basta de elogiarlo y de preguntarnos porqué no está a punto de viajar directo a Cooperstown. Es un hecho que su carrera como beisbolista es una en un millón pero ¿dónde está este jugador que en su momento fue un fuera de serie?
Bueno, a principios del año pasado se dio a conocer que el dominicano fue contratado por los Fighting Dogs de Kochi en la liga japonesa independiente Shikoku Island; dato: sólo hay cuatro equipos en dicha liga.
Su contrato fue hecho a la medida de este enigmático pelotero. El dorsal que portó toda la temporada fue el 99; tuvo a su merced un Mercedes-Benz y chofer personal; las prácticas eran opcionales para él; tenía una suite de hotel cuando el equipo jugara fuera de casa; y, la joya de la corona, sushi ilimitado por toda la temporada.