Case Keenum ayudará mucho a los Minnesota Vikings... si no estorba, claro
Jim McMahon, Jeff Hostetler, Trent Dilfer y Brad Johnson son cuatro quarterbacks que tienen un anillo del Super Bowl. Los cuatro fueron campeones porque tuvieron como aliadas a cuatro defensivas dominantes.
Case Keenum puede sumarse a esa lista esta campaña.
Keenum y los Vikings son serios candidatos a convertirse en el primer equipo de la historia que juega el Super Bowl en su estadio. Quienes así lo pensamos, sabemos que la defensa púrpura es la clave para lograrlo.
La defensiva de los Vikings lideró la NFL en yardas por juego (275.9) por primera vez desde 1993 y también fue primera con 15.8 puntos por juego en temporada regular.
Minnesota limitó a sus oponentes a 83.6 yardas terrestres por partido (segundo en la NFL) y 3.6 yardas por intento (quinto).
Además, sólo aceptaron 192.4 yardas aéreas por juego, segundo en la NFL, siendo Vikings la única defensa en la NFL entre las tres primeras tanto en yardas por tierra como en yardas por pase.
Es normal que exista desconfianza en un quarterback como Case Keenum (quien este domingo hace su debut en un juego de postemporada), particularmente cuando entre los rivales están Drew Brees, Tom Brady, Ben Roethlisberger y Matt Ryan.
Pero la historia dice que lo único que tiene que hacer Keenum en los Playoffs (como durante la temporada regular) es entregarle el balón a sus corredores, no cometer errores y dejar que la defensiva haga el resto.
Eso hicieron McMahon, Hostetler, Dilfer y Johnson, y hoy sus nombres están escritos junto a los de Montana, Bradshaw, Aikman y Brady.
En 1985, McMahon sólo lanzó tres pases de touchdown, sin intercepciones, en tres juegos de postemporada, incluido el Super Bowl XX, en el que la dominante defensiva de los Bears aplastó 46-10 a los Patriots, que sólo generaron 7 yardas por tierra. Liderados por el MVP Richard Dent, Chicago sumó 7 capturas de quarterback y forzó dos fumbles.
Cinco años más tarde, Hostetler tuvo que sustituir a Phil Simms y también sólo necesitó de tres pases de anotación en tres partidos de Playoffs. En el Super Bowl XXV los Giants derrotaron 20-19 a Buffalo, empleando una ofensiva de control de balón que incluyó 21 carreras de Ottis Anderson, quien fue nombrado MVP con sus 102 yardas y un touchdown. Nueva York dominó en el tiempo de posesión con 40:33 minutos, lo que mantuvo a Jim Kelly y la potente ofensiva de Buffalo en la banca.
Dilfer tomó el lugar de Tony Banks en los últimos nueve juegos de la campaña del 2000 con los Ravens. Cuando Baltimore entró a los Playoffs, sólo necesitó completar 47.9% de sus envíos, con tres touchdowns, una intercepción y rating de 83.7.
Ray Lewis y la defensa de los Ravens hizo el resto.
En el Super Bowl XXXV, Lewis se convirtió en el séptimo jugador defensivo designado como MVP, tras su dominante actuación en la victoria 34-7 sobre los Giants.
En el 2002, en tres juegos de postemporada Brad Johnson lanzó cinco pases a las diagonales, con tres intercepciones, y Tampa Bay ganó el Super Bowl XXXVII, de la mano de Jon Gruden y de una extraordinaria defensiva que destruyó 48-21 a los Raiders de Oakland.
El esquinero Dwight Smith regresó dos intercepciones hasta el touchdown en la segunda mitad y el safety Dexter Jackson tuvo otras dos intercepciones en los dos primeros cuartos.
Keenum, quien en temporada regular pasó para 3,547 yardas, con 22 touchdowns y 7 intercepciones, entra en esa categoría.
No necesita ser el héroe, sólo mantenerse alejado de un error que pueda costar el partido y disfrutar del mejor lugar en el estadio para ver a su defensiva hacer el trabajo sucio.