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F1. LA INTRAHISTORIA

Alonso cierra el año de los 11 abandonos y los 400 km/h

El asturiano tuvo una mala temporada en F1 a causa de la debilidad de su McLaren Honda, aunque al final mejoró, pero vivió su mejor momento en años en las 500 Millas de Indianápolis.

Madrid
Fernando Alonso liderando Indy 500.

Se adelanta a la respuesta, abre la sonrisa. “Las 500 Millas que…”. Y entonces a Fernando Alonso le tengo que decir que no es eso, que le pregunto por su mejor momento en la Fórmula 1 esta temporada, que aquel espejismo en el desierto que vivimos en Estados Unidos es otra cosa, que eso debió ser un regalo del destino aunque le faltó el adjetivo divino a la palabra justicia. Porque no, tampoco ganó las 500 Millas de Indianápolis el asturiano, porque también abandonó. Pero fue otra cosa. Porque en esto de la F1 también, como en el fútbol, está permitido perder si se juega bien (Valdano, dixit). Y en el ovalo el piloto español dio pases de gol, marcó, hizo caños, regates… Es cierto, lo siente así Fernando y todo el que siga desde hace años la carrera de este deportista español. Indy fue la luz porque en F1, otra vez, el gris superó a todos los colores.

Alonso ha vivido un año entre los once abandonos en el Mundial de F1 y las sensaciones vividas en Indy con velocidades que superaron los 400 km/h  (llegó a más de 360 km/h de media) y diversión, mucha diversión. ¿Cómo se puede sentir un abandono como si fuera un éxito? Viviendo de la emoción. Eso fue lo que le pasó a Alonso en Indy, lo que todo el mundo vivió y valoró, el hecho de que un piloto que jamás había pilotado un coche tan diferente estuviera liderando la carrera durante más de veinte vueltas, se quedara cerca de la pole y no ganara (quizá solo por eso) porque su motor se rompió al poco de terminar. Como si Nadal hiciera frente a los chinos del tenis de mesa como Ma Long o Carolina Marin llegara a la final de Roland Garros. Algo asi. Alonso volvió a ser competitivo, a tener opciones de ganar, a vivir el alimento de la palabra ganar.

Y eso fue aire para el asturiano que en F1 vivió once abandonos, nueve por fallos mecánicos (la mayoria causa de su unidad de potencia Honda) y dos por accidente (Singapur y Austria) en ningún caso culpa suya y en el de la carrera nocturna evitó lo que hubiera podido ser un podio histórico que hubiera eclipsado Indy 500. En cualquier caso, fue el piloto con más abandonos del año y superó incluso su peor marca, la de su debut con Minardi en 2001, cuando llegó a nueve.

No hay que ser ningún experto en F1 para decir claramente que la de 2017 ha sido un mala temporada para Fernando en F1, (once abandonos y la no participación en Mónaco por Indy 500) a pesar de que al final se maquilló un poco todo con alguna actuación decente y un coche que mejoraba, estando muy lejos (digamoslo así) de los mejores.

Ahora ya el astur piensa en el futuro, en regresar a Indianápolis otro año, en vivir las 24 Horas de Daytona, en soñar con Le Mans… en seguir divirtiéndose y si es posible retornar a las sensaciones de la victoria en F1. Pero esa será otra historia por contar… 

Fernando Alonso