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Aquel gol de Cristiano de cada día...

El Madrid lleva años saliendo a los partidos  con el 1-0 asegurado, gol de Cristiano. Exagero un poco, pero no mucho. Un gol para los días malos, los regulares, los buenos y los muy buenos. Pero ese gol ya no es fijo. Llega en la Champions, pero no en LaLiga, porque a Cristiano le cuesta todo un poquito más. Aun así, todavía es con mucho el gran poder de la delantera del Madrid. Los mejores remates son suyos. Los que para el portero, los que se van por poco, los que dan en el palo. En San Mamés pasó otra vez. Pero de nuevo no le entró, empató el Madrid y perdió la gran oportunidad que le había brindado el empate del Camp Nou.

La ocasión era buena. Los dos empates consecutivos del Barça habían creado una sensación euforizante en sus perseguidores. Para el Madrid, en concreto, suponía volver a ‘depender de sí mismo’. Ayer escuché muchas veces entre el partido del Camp Nou y el de San Mamés las cuentas: ganar al Athletic, ganar los dos Clásicos, LaLiga en el bote... Pero el partido bravo del Athletic, la falta de remate del Madrid y la expulsión de Sergio Ramos cuando los bilbaínos no podían más, dio al traste con las cuentas a la primera. El Madrid no recorta, se le va el Atlético, que sí aprovechó su turno, se le echa encima el Sevilla. Y hoy juega el Valencia.

Zidane lo achaca todo a la falta de gol, pero esta también es consecuencia de que el funcionamiento no es el mismo (eso es sobre todo palpable a partir de Modric, pero no sólo de él) y el entrenador no sabe cómo sacudirlo. Es obvio que confía poco en los del banquillo, menos que en los del año pasado, cuando había otros, más contrastados. Hasta Cristiano ha lamentado aquellas bajas, porque ve lo que pasa. Un once titular sin presión de los suplentes no es lo mismo. En paralelo, Simeone va dando sacudidas a su equipo y provocando reacciones. Zidane parece fiarlo todo a la vuelta de Bale, que cada semana que pasa queda para la semana siguiente.