No habrá bolas calientes, pero sí que estará Vladimir Putin

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"No habrá bolas calientes”, aseguró Chris Unger, director de competiciones de la FIFA. Metafísicamente eso es imposible. No hay nada caliente estos días en Moscú. La capital rusa está siendo sacudida por la nieve y por un viento siberiano que impide a los termómetros pasar de los -5 grados. El sorteo del Mundial se celebra hoy en el Palacio del Kremlin (16:00 horas de España, Cuatro) con la presencia confirmada del líder ruso, Vladimir Putin, quien ayer mismo dio la orden para la retirada gradual de sus tropas en Siria. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia envió una notificación a la FIFA confirmando la presencia del mandatario, quien, normalmente, nunca avisa.

La FIFA, así en general, se pone de perfil cuando se comenta el papel de uno de sus vicepresidentes y actual Presidente del Comité Organizador de Rusia 2018, Vitaly Mutko, en el doping de Estado. El pasado 26 de noviembre, Jim Walden, el abogado del exdirector del laboratorio antidopaje de Moscú, Grigori Ródchenkov, afirmó que decenas de futbolistas rusos, entre ellos jugadores de su selección nacional, se habrían beneficiado de un supuesto sistema de dopaje institucionalizado. Mutko dijo que eso eran “tonterías”, y miró para otro lado. Este, aquí, es un asunto tabú. Como la crisis de Crimea o el conflicto con Ucrania. “Es mejor hablar sólo de fútbol”, dice Yerik, empleado en uno de los cientos de supermercados propiedad del magnate Sergey Galitsky, un multimillonario de origen armenio que amasó su fortuna partiendo de una pequeña tienda de ultramarinos en la calle Uralskaya, en Krasnodar, la ciudad que será el campo base de España en el Mundial.

Pero lo que se lleva ahora por aquí es de dar noticias alegres. Y la FIFA anunció que “ya se han vendido 742.760 entradas para los partidos del Mundial, que apunta a que será el más visto de la historia no sólo en la televisión, sino también en los estadios”. Según la organización, “la próxima oportunidad de conseguir un asiento para la Copa del Mundo comenzará el 5 de diciembre a partir de las 10:00, hora de España, en FIFA.com/tickets”, anunció el responsable de la venta de entradas de la FIFA, Falk Eller.

Imbuidos de ese ambiente festivo y positivo pasean por Moscú, ajenos al peligro de los bombos, Juan Luis Larrea y su troupe. Han venido diez personas de la Federación Española hasta Moscú. Desde Fernando Hierro hasta la secretaria general, Esther Gascón, hija de un articulista de El Correo, bilbaína y buena conocedora, por tanto, a partes iguales tanto de Villar como de sus antagonistas, los periodistas. De Villar se espera lo mismo que de Putin: que aparezca, o no, pero también por sorpresa, como hace en Las Rozas.

Habrá otros representantes españoles en el Kremlin, entre ellos uno de los protagonistas del sorteo, Carles Puyol, que hará de ‘mano inocente’. Además del catalán, estarán Diego Armando Maradona (Argentina), Diego Forlán (Uruguay), Fabio Cannavaro (Italia), Laurent Blanc (Francia), Cafú (Brasil) y Gordon Banks (Inglaterra), representantes todos ellos de países campeones del mundo. Como Lineker, que será maestro de ceremonias junto a la espectacular presentadora y periodista deportiva rusa María Komándnaya, a quien desde Irán han suplicado en las redes sociales que modere su vestuario porque el canal estatal iraní ‘IRIB’ interrumpe la emisión cada vez que en la pantalla aparece una mujer ligera de ropa. Otra de las modelos que animarán el cotarro será Victoria Lopyreva, Miss Rusia 2003, que anoche colgó una foto en Istagram junto a Neymar, que no se pierde una.

Pero Putin, Villar y Komándnaya al margen, el asunto es que España salga lo mejor parada posible de un sorteo que tiene mala pinta por las restricciones impuestas por la FIFA, que sólo consiente que puedan coincidir dos equipos de la misma confederación en el mismo grupo si se trata de equipos de Europa. Además, como en el Bombo 2 hay tres selecciones sudamericanas, el riesgo de que a España le toque en un grupo con Brasil o Argentina está más cerca que lejos. Alea jacta est.