W Deportes
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Ganar después de ganar...

Vale, ya se sabe: después de ganar, cada vez cuesta más ganar. Y después de ganar mucho, pues ya ni les cuento. Pero si el más legendario de los escenarios (o uno de ellos) ya no despierta ese punto de ansiedad, de hormigueo de las grandes noches, es que algo falla en el Madrid. Nada que no se pueda curar, por supuesto. Estuve sentado al lado de Jamie Carragher, ex del Liverpool y hoy comentarista, de esos que ha visto o jugado cientos de partidos, pero que se presentó a este con ganas de disfrutarlo, de analizarlo. “Partido de cuartos de final de la Champions”, le denominó. Y, como todos, quedó sorprendido por el modo en que el Madrid tiró media hora a la basura. Se jugó a lo que quiso el Tottenham durante la mayor parte de la primera mitad, pese a que Kane acababa de salir de lesión, Dele Alli no se encuentra, Eriksen se hace pequeño en partidos grandes.

El Tottenham confiaba tanto en la estructura que los pequeños dramas de los futbolistas desaparecieron en favor de una creencia en común: se podía. El empate de la ida debía ser el punto de partida, pero se podía ganar al Real Madrid. Con el balón, tocaba salir rápido y aprovechar las visibles debilidades de los de Zidane. Sin él, había que controlar el encuentro. El primer gol llegó después de que medio Madrid mirara de reojo la jugada. Luego tocó aguantar el inevitable envite blanco. Con orden, con paciencia. Aplicando lo entrenado y lo aprendido. El segundo tanto tuvo un punto de suerte. Pero es que los Spurs la buscaron, y mucho. Y para cuando llegó el tercero el equipo de Pochettino ya se había hecho mayor...