El rostro más Hermoso
Dijo Quique en la previa del Betis que el Espanyol era un equipo reconocible, y es cierto. Hay que apuntar entre las virtudes de un técnico saber imprimir su sello a una escuadra. El Espanyol lo tiene, aunque a veces se le olvida, pero lo tuvo de nuevo la noche del lunes. Maniatar al rival a base de orden, esperar a que aparezca el talento —que lo tenemos— y mientras no aparece, que aparezcan el sacrificio, el conjunto, el equipo. Nos sabemos la fórmula al dedillo, y aunque no estemos tan finos como en los mejores momentos del curso pasado, el equipo sigue siendo honrado y fiable. Eso sí, no estamos para demasiados inventos. Hay un equipo titular y algunos recambios plausibles. Poco más. No es que lo creamos nosotros, es que el míster también lo cree. El fondo de armario no luce tanto como cabía esperar en un principio y demasiadas piezas claves lo juegan todo. Que nadie se constipe.
Ahora bien, hay que consignar muy favorablemente apariciones como la de Hermoso, por quien no se daba un duro hace apenas un par de meses. Siempre tiramos de las orejas a los técnicos por los errores en los fichajes y justo es subrayar los aciertos y Hermoso es hasta el momento el mejor rostro entre todas las nuevas incorporaciones. Por cierto, ¿alguien se acuerda de Diego Reyes? Yo tampoco.