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Houston Texans

El estrellato y DeShaun Watson, una pareja muy estable

El quarterback de los Houston Texans lleva años siendo uno de los jugadores con más seguimiento en el mundo del football. Ahora asalta la NFL.

SEATTLE, WA - OCTOBER 29: Quarterback Deshaun Watson #4 of the Houston Texans cheers as DeAndre Hopkins #10 scores a 72 yard touchdown against the Seattle Seahawks in the fourth quarter at CenturyLink Field on October 29, 2017 in Seattle, Washington.   Jonathan Ferrey/Getty Images/AFP
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JONATHAN FERREYAFP

Hoy se habla de DeShaun Watson como serio candidato a MVP de la NFL. En el entorno de la liga parece poca cosa nombrarle como rookie del año y se busca caza mayor para el quarterback de los Houston Texans. Es lógico, porque lo que ayer vimos en el partido que su equipo perdió contra los Seattle Seahawks es uno de esos espectáculos que se quedan grabados en la mente de los espectadores y que ayudan a definir carreras, que se agarran firmes en el cerebro y crean un juicio de valor que requiere de muchos días malos para ser aniquilado. Y eso no es algo que tenga pinta de pasar a corto plazo.

La gran sensación del año en la NFL presenta unos números que son incontestables. Desde que tomó las riendas del equipo en el descanso del primer partido de la temporada (Bill O'Brien, su entrenador, merece una entrevista en profundidad en la que explique porque Tom Savage comenzó el año como titular), los Houston Texans son el equipo con más puntos en ataque de toda la liga. En todos y cada uno de los encuentros han pasado de 30 puntos cuando el año pasado en ni uno sólo llegaron a las tres decenas.

Además, a título individual, Watson ha pasado para 19 touchdowns, que es el récord de todos los tiempos de más touchdowns en los siete primeros partidos de la carrera de cualquier quarterback. También es el primer rookie que lanza al menos tres pases de touchdown en cuatro partidos consecutivos. Y, para concluir, en los cuatro últimos encuentros ha pasado para 16 touchdowns, de nuevo récord absoluto de la historia de la NFL para un rookie en un periodo de cuatro partidos.

Su capacidad para poner patas abajo los partidos está más que demostrada.

Llegando al partido de ayer se habló mucho de cómo para un novato ir a jugar a Seattle era un infierno. Una de las aficiones más ruidosas de la liga hace el trabajo muy complicado para los pasadores con poca experiencia. La gran mayoría de expertos y periodistas del entorno de la NFL lo señalaron. El que esto firma, tanto como el que más. Y lo que soltó fue un partido tan memorable que le va a convertir en el centro de todos los focos.

Y es ahí donde quería ir a parar: el estrellato y DeShaun Watson son una pareja muy bien avenida. Nada de lo que le suceda esta semana, nada de las alabanzas que va a recibir, de los autógrafos, las entrevistas, las ruedas de prensa, los reportajes, las hipérboles, la persecución... nada, nada le hará mella, porque resulta que lleva años viviendo en ese magma, y comportándose con el dominio que tienen las personas que han nacido con la habilidad social de gestionarse como pez en el agua siendo el imán de la atención.

Eso estaba claro cuando se le eligió en el draft. Había dudas sobre su capacidad de lectura, su falta de precisión o su tendencia al escapismo del pocket, pero jamás sobre liderazgo y disponibilidad, desde el primer día, para ser la proa de una franquicia de la NFL.

Porque en la universidad de Clemson era una absoluta megaestrella. Siempre aspirante al Heisman Trophy, jugó dos finales contra la todopoderosa Alabama y les ganó la segunda. Con un touchdown en el último segundo, por cierto, que habla de su sangre fría en los momentos decisivos. En los dos últimos años fue la gran estrella de la NCAA, y se curtió en el arte de ser la cara de todo un equipo, de todo un proyecto.

Ahora ya lo es de los Houston Texans, sin duda alguna, y su comportamiento indica que está de sobra preparado para ello. El espectáculo que está dando en el campo no estaba previsto, al menos por algunos de nosotros; el poso que va a aportar a la franquicia de los Texans, desde el aspecto personal, sí que venía asegurado el mismo día que le eligieron en el draft. Un líder. Una estrella.