Te lo mereces, disfrútalo

Tengo esa foto grabada en la memoria. Yo jugaba en el Valencia. Mi hijo era un niño pequeño. Perseguía una pelota rosa, de juguete, que ocupaba más que su cuerpo. Llevaba una mini camiseta del Valencia que también parecía de juguete. Tenía el pelo rizado. Cobrizo. Esa foto es increíble. Como tú, Luis. O tu hermana, Paula. Un milagro para nuestra familia. Una bendición caída del cielo. Esta noche lo que caerá del cielo de Fuenlabrada será otra cosa: galácticos. Y tú, delante de ellos. Me gustaría tener palabras para expresar la alegría que me produce verte ahí. Te lo mereces. El fútbol es tu vida. Y tú solo te lo has ganado. Eres esforzado, constante y tienes un carácter... ¡Ay si yo hablara de tu carácter! Jamás te das por vencido. Hoy no será una excepción. Pero hazlo disfrutando. Es uno de los pocos consejos que te he dado estos días. Ya sabes que no soy un padre cargante.

Aquí, en Indonesia, te veré por la tele, aunque sean las tres de la madrugada. Para la vuelta, quiero estar a tu lado. En el Bernabéu, donde yo jugué y gocé. Esta vez también gozaré. Pero será diferente. Gozaré contigo. Gozaré por ti.