Faltan goles y también algo más...

Ha fallado la puntería, pero excusar sólo en la falta de acierto el frenazo blanco en los últimos dos meses sería un error. Vaya por delante que los dos delanteros titulares han estado mucho tiempo fuera. Cristiano y Karim apenas han jugado juntos este año y necesitan recuperar rutinas. Otro condicionante negativo han sido las reiteradas lesiones, algunas de hombres clave como Marcelo, que no tiene un sustituto claro en su rol de agitador. Con Carvajal sucede algo parecido. Pero quizá todas estas bajas tienen también algo que ver con una sensación que desde septiembre transmite todo el equipo: la falta de frescura. El Tottenham, aparte de estar ordenado y enchufado, se mostró como un bloque muy superior físicamente.

El Madrid, a pesar de llevar el dominio del juego y la pelota, no consiguió casi nunca desbordar a los de Pochettino. Aquel equipo que en agosto volaba sobre el nido del Barça y zarandeaba al United, corría y presionaba al unísono, arrasando con la llegada de los centrocampistas al área contraria. Se imponía ocupando los espacios y robando la pelota rápido, sin dar aire al rival. Algo se ha ido perdiendo: el sitio de Asensio, que ha pasado de titular a suplente y meritorio sin saber por qué; el orden de Modric, agotado; el cubrir todo de Casemiro. Sólo Isco ha mantenido su magia. El fútbol no fluye como antes, faltan piernas e ideas.