ALFONSO HERRÁN

En Bilbao se encuentra el Wanda II

San Mamés se abraza con el Wanda Metropolitano. Y no solo por tratarse de los estadios más modernos de LaLiga. También por ser la casa del Atlético.

Alfonso Herrán
Coordinador en la delegación de País Vasco de Diario AS desde 2017. En 2008 entró en Diario AS como redactor de polideportivo y desde entonces es su casa. Le gusta tocar todos los palos, pero ahora está más centrado en realizar las crónicas del Athletic y el Bilbao Basket. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto.
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San Mamés se abraza con el Wanda Metropolitano. Y no solo por tratarse de los estadios más modernos de LaLiga. También por ser la casa del Atlético. Sí, porque la guarida bilbaína invita casi a los colchoneros a jugar en bata y zapatillas. Han llegado a sentirse tan cómodos y provocar tanto pánico a los leones y a la platea que ya pocos dan un euro entre la afición local por este partido que tantas buenas historias escribió en la vieja Catedral. Y eso que el pulso comenzó con una refriega abrasiva y constante. Ziganda se la jugó al desgaste, a madurar la fruta y esperar al tramo final para poner a funcionar su centella: Williams.

P ero el equipo se desenfocó tras fallar un penalti y por un par de errores al sacar el balón (buscaron la espalda a un Unai Núñez que se gustó demasiado). Tras el descanso el cuadro de Cuco se convirtió en un bloque perplejo, esmirriado y sin etiqueta. El Atlético fue sencillamente la misma apisonadora que en la final de Europa League en 2012. Correa y Griezmann provocaron el terror. Y Koke era un emperador. El Atleti sabe bien el oficio: repliega, no concede y va creciendo con balón. Al Athletic le espera mucha tarea: van tres partidos sin marcar (el tridente ha frenado) y su defensa, lo mejor hasta ahora, saltó ayer por los aires.

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