El Málaga es de mantequilla
Cinco de cinco, cero puntos de quince, unos problemas tremendos para hacer gol y unas lagunas defensivas enormes. El Málaga lo fió todo a defender en el Wanda Metropolitano y mantuvo el tipo. Anoche quiso asomar la cabeza también en la portería rival y se le vieron costuras por doquier. Es cierto que hubo una fase en el primer tiempo en la que fue incluso mejor que su rival. Demasiado poco. Migajas. El equipo está cogido con alfileres y tiene una mandíbula de cristal. La presión hace mella y a nivel mental también se percibe una debilidad preocupante. Espera un año duro en La Rosaleda. Durísimo.
Recio lo resumió a la perfección anoche en zona mixta: “Desde que acabó la temporada todo ha sido un circo”. El capitán y la plantilla lo tienen claro: apuntan al palco y se posicionan al lado del entrenador. Míchel rescató del pozo al equipo hace unos meses y tiene entre manos una plantilla de menor nivel que la pasada temporada. Coartadas válidas y ciertas que pasan a un segundo plano cuando rueda el balón. Y en el campo, como en los despachos, el suspenso también es mayúsculo. El jeque ha abandonado sus extravagancias tuiteras desde que La Rosaleda le bajó el pulgar de forma unánime al grito de “¡Al Thani, vete ya!”. Sólo ha despedido a un técnico en siete años (Jesualdo Ferreira) y el vestuario malaguista cruza los dedos para que no aumente la cuenta.