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Carvajal, el niño que puso la primera piedra

Para los amigos es Dani, el chaval humilde que siempre presumió de su arraigo a Leganés. Para la millonaria afición del Madrid, es Carvajal. Un león. Un jabato. Chendo y Salgado en una misma pieza. Un lateral derecho que podría ser extremo, carrilero ofensivo o lo que le viniese en gana. Su calidad es descomunal. Para sus detractores a veces va “demasiado sobrado”. Pero se lo puede permitir. Es un portento de facultades físicas y técnicamente cada año es mejor que el anterior. Ha sabido sufrir en silencio hasta ganarse un hueco en el star system del santuario de La Castellana.

Pocos saben que antes de un Castilla-Alcalá de Henares, Mourinho había decidido que cuatro días después Carvajal debutase en el Madrid en un partido de Copa ante la Ponferradina en El Toralín. El chaval estaba como unas castañuelas de feliz. No olviden que siendo un niño tuvo el privilegio de ser el crío elegido para acompañar al maestro Di Stéfano en la puesta de la primera piedra de la Ciudad Deportiva de Valdebebas. Lo lleva en la genética… Por eso le dolió más todavía que Mourinho le dejase al final fuera del partido de Ponferrada porque se vio obligado Toril a romper el pacto al que habían llegado antes del partido con el Castilla. “Que el chaval juegue 60 minutos y el miércoles estará fresco para Ponferrada”. Hubo un contratiempo. El árbitro del Castilla-Alcalá enloqueció y expulsó casi de seguido a Mendes (central portugués) y a Morata. Con nueve en el campo, Toril tuvo que pedirle a Carvajal que se quedase a echar una mano para salvar al menos un punto. Y objetivo logrado. Fue heroico. También llegó la expulsión postrera de Alex Fernández (hermano de Nacho), lo que no evitó que el filial blanco salvase un punto (0-0) pese a acabar con ocho en el campo... Carvajal, en vez de ser premiado por su lealtad al escudo, fue castigado con el destierro.

Y fue para bien. Se marchó a la Bundesliga. Jugó un año en el Bayer Leverkusen y allí se consagró. Mejor lateral derecho en Alemania. Regresó al equipo de sus sueños por la puerta grande y hecho un hombre. Desde entonces, es el dueño de esa banda que tanto tráfico produce y genera al equipo campeón de tres de las últimas cuatro Champions. Carvajal es un chollo. Renovarle hasta 2022 era lo mínimo que se podía hacer por él. Ese puesto está más que cubierto. Un acierto del club ratificar su confianza en el crío que desde niño ha demostrado su fidelidad por este escudo sagrado y esta camiseta legendaria. Carvajal, CORAZÓN BLANCO.