Síndrome Cristiano
¡Vuelve! No es excusa, pero constata una realidad incuestionable. Al Madrid le cuesta vivir sin Cristiano. Dos empates seguidos en el Bernabéu ante Valencia y Levante no estaban guionizados ni en el peor de los escenarios que se hubiera imaginado Zidane pese a la ausencia del portugués. Pero es lo que hay. Cristiano busca el gol con una ansiedad y ambición tan irrefrenables que contagia al resto de la manada. Con Cristiano en el campo no hay tiempos muertos, no hay pausas, no hay tregua… Y encima las enchufa. Ante los dos equipos de Valencia el Madrid ha fabricado no menos de veinte ocasiones claras de gol, pero sólo ha podido definir tres. Ya me dirán que para ganar al Levante, un recién ascendido, puede parecer hasta mezquino echar en falta a Cristiano. Pero es la pura realidad. Ante la falta de un ariete alternativo de garantías como Morata, si Benzema sufre un percance como ha ocurrido hoy hay que improvisar un nueve de guardia, como en este caso Bale. Menos mal que Cristiano volverá el miércoles ante el APOEL, pero ojo que en Anoeta será baja todavía el próximo día 17. Y ya se han quedado cuatro puntos por el camino y esta Liga acaba de echar sus primeros dientes de leche…
Recursos Humanos. Eso es Zidane, aparte de un magnífico entrenador y una leyenda viva del fútbol. Lo volvió a demostrar ante el Levante con una alineación que en otras circunstancias se tildaría de “revolucionaria”. Pero el marsellés ya nos tiene acostumbrados. Quiere a todos activados. Por eso concedió la titularidad a Marcos Llorente a pesar de que Casemiro había descansado en el segundo turno con Brasil. Por eso alineó de entrada a Lucas Vázquez (cero minutos con España) y Asensio (inédito en el partido con Liechtenstein). Y lógicamente dio cariño a Kiko Casilla, Theo y Benzema, que han estado estas dos semanas trabajando con él en Valdebebas (además de Llorente). Sólo faltó Vallejo, que sale de una lesión muscular. Así será todo el curso. Meterse a adivino de un once de Zidane va a ser una profesión de alto riesgo condenada habitualmente al fracaso. Por mí no hay problemas. Prefiero que la Liga, a pesar de haber empezado con los renglones torcidos, sea la conquista solidaria de la plantilla y no el premio de un grupo de “intocables”. Bien, Zizou.
El árbitro. Hernández Hernández estaba en el foco tras las declaraciones de Florentino en El Larguero sobre el gremio arbitral. El madridismo está mosca no de ahora, sino de hace muchos años con el trato que recibe su equipo por parte de los hombres de Sánchez Arminio. Ante el Levante no mejoró esa percepción. Al contrario. Se perdieron al menos seis minutos en el segundo tiempo y sólo descontó cuatro. Y, lo más importante, se comió un penalti claro cometido sobre Theo y otro a la salida de un córner tras un empujón descarado de Lerma a Ramos desentendiéndose del balón. Sólo daré un dato. En las últimas 85 jornadas de Liga disputadas, el Madrid ha tenido 19 penaltis a favor y 10 en contra. +9 de parcial. ¿Saben los números del Barça en ese tiempo? 31 a favor… ¡y sólo uno en contra! +30. Pues sí. Es claramente mejorable.
Bien Muñiz. El Levante es un equipo bien trabajado desde la cúpula (Quico Catalán es un gran presidente), y bien engrasado desde la pizarra. Muñiz sabe lo que se hace. Un Levante ordenado, muy defensivo pero inteligente en sus salidas desde atrás y con un Raúl, criado en la cantera de Lezama, inmenso bajo palos. Sacó petróleo del gol de Ivi y supo administrarlo hasta obtener un punto que no estaba en su lista de la compra previa al inicio del campeonato. Este Levante huele a que se quedará mucho tiempo en la élite de nuestro fútbol.
Calma. No hay que ponerse nerviosos. Ya sé que la renta desperdiciada en casa en sólo tres jornadas disputadas no es muy normal. Pero este equipo tiene muchos argumentos para creer en el futuro. Faltaban Modric, la brújula del equipo; Keylor, el mejor portero de LaLiga; y Cristiano, el percutor que saca petróleo de todo lo que cae por el área. Cuando estén todos de vuelta, el Madrid volverá a ser un equipo de alta fiabilidad. Yo no me bajaré del barco de Zizou por dos arañazos en la proa…