España: ¡tantas cosas por hacer!
Por primera vez en los Mundiales, el atletismo español se va sin medalla. Cinco finalistas, un puñado de mejores marcas personales y un excelente récord de España en 4 x 400 dejan a nuestro atletismo fuera de un medallero al que han accedido 43 países, y en la clasificación por finalistas nos han superado 29. Y unas palabras para el drama de Ana Peleteiro en el foso. Vivió en menos de cinco minutos la gloria de ser finalista y saltar más que nunca (14,23) y el dolor de una lesión. Pero el éxito de Ana no lo puede borrar nada. Ni las lágrimas de dolor que al final acabaron humedeciendo la arena en Londres. Un balance preocupante, aunque no sorprendente, en la nueva etapa del atletismo español con Raúl Chapado al frente. Desde luego, nos podríamos lamentar, pero eso no es lo que toca. Simplemente, hay que ponerse a trabajar. Y mucho.
Nuestro atletismo necesita una profunda renovación. En personas y, sobre todo, en sistemas de trabajo, de captación de talentos, de promoción, de profesionalización de los entrenadores, de ayudas a atletas y de creación de nuevas estructuras. Tenemos problemas parecidos a los del atletismo italiano, en crisis desde hace años (aunque sigue siendo referente en cuanto a técnicos). No podemos pretender ser EE UU o Gran Bretaña, pero sí fijarse en Francia (modelo en casi todos los aspectos) y Polonia, que en los últimos años ha experimentado una impresionante evolución gracias a una transformación radical y programada. Y hay que llenar estadios en España para ver atletismo. Pero soy optimista. En nuestro atletismo hay jóvenes interesantes y con futuro. El reto de Chapado es transformar nuestro atletismo. ¡Hay tantas cosas por hacer!