King bate a Efimova y se apunta otro récord mundial en Budapest

La rusa Yuliya Efimova respiraba apoyada en la pared del cubículo del Duna Arena, sola, mientras a su derecha las estadounidense Lilly King y Katie Meili se abrazaban. La imagen y el contraste podían corresponder a la época del Telón de Acero. Son otros tiempos, pero hay rencillas que aún se mantienen en deportes como la natación, donde el potencial de ambos países se medía en una piscina. King batió además el récord del mundo (1:04.13), superando por 22 centésimas la plusmarca de la lituana Ruta Meilutyte, cuarta con un 1:05.95. Meili fue plata con 1:05:03 y Efimova bronce con 1:05.05.

El duelo y la polémica entre Lilly King y Yuliya Efimova viene de los Juegos Olímpicos de Río, cuando la estadounidense se negó a darle la mano a la rusa, sancionada en dos ocasiones por dopaje, y le acusó de no estar limpia. Es la manera americana de ver este tipo de infracciones: sin perdón para los tramposos. Desde entonces, y ya se evidenció en el Centro Acuático brasileño cuando asomaba la rusa por la piscina, el círculo de la natación tiene una animadversión a Efimova, que lo ha utilizado de estímulo y está mejorando sus marcas, pero que ha vuelto a sucumbir al poder americano.

La prueba fue una gran experiencia para la española Jessica Vall, a quien le perjudicó nadar por la calle 7, lejos de la carrera. No logró la catalana mejorar sus mejores tiempos y se quedó en séptima posición con un registro de 1:06.95, cinco décimas por encima de su récord de España, que le habría posibilitado acabar en quinta posición.

Al margen de esta final, antes se celebraron las semifinales de los 200 mariposa, con una explosión de jubilo en las gradas del Duna Arena. Si el lunes se vino abajo con Katinka Hosszu, hoy ha hecho lo propio con Laszlo Cseh. El veterano nadador persigue el oro en esta prueba. Logró colocarse segundo con un tiempo de 1:54.22, cerca del japonés Daiya Seto, que fue primero.