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La peligrosa connivencia entre Barrabravas y jugadores

México

El encuentro entre Rafael Di Zeo, líder de la barra brava de Boca, La Doce y Nestor Ortigoza en Playa del Carmen pudo ser casual. Pudieron coincidir en el mismo lugar de vacaciones. En Argentina los barra bravas cuentan con el privilegio de viajar y vacacionar en lugares exclusivos gracias a la complicidad de dirigentes del fútbol local y la política doméstica. Sus negocios oscuros los han convertido en empresarios en la ilegalidad.

Lo que es llamativo es la predisposición de Nestor Ortigoza a conversar con un líder barrabrava cuando es de público conocimiento el interés de Boca Juniors en el jugador. ¿Porqué aceptó esa conversación y las fotos?.

Rafael Di Zeo es hoy el barra brava más poderoso de la Argentina. Y es líder de La Doce desde 1996. Perdió el control de la tribuna sólo cuando cayó en prisión, entre 2007 y 2012, por atacar a hinchas de Chacarita en una violenta batalla campal y por haber sido acusado de encabezar una asociación ilícita. Pero resultó absuelto. Y recuperó el liderazgo después de un pacto con Mauro Martín, quien en su ausencia había tomado el control del parabalanchas. En su momento fue el propio Di Zeo quien contó que el pacto se produjo por pedido de la dirigencia del club. ¨O se juntaban o se mataban¨. "Boca nos dijo que nos juntemos", contó el líder de La Doce. Para la conducción del club fue un atajo para detener la interna de poder entre facciones que se dirimía en enfrentamientos violentos hasta la muerte.

Di Zeo en la actualidad coordina unas 800 personas y administra una caja de dinero negro que se alimenta de aportes de la política, de empresarios, jugadores producto de la reventa de entradas y control de los accesos a los estadios, comercialización de indumentaria oficial, paquetes turísticos y la explotación de los estacionamientos en los alrededores de la cancha. En abril la justicia les aplicó a Mauro Martin y a Rafa Di Zeo el derecho de admisión para ingresar a los estadios por dos años. Pero eso no les impide controlar la caja de dinero que recaudan del control de la tribuna calculada en 1.500.000 pesos por partido (83 mil euros).

En abril pasado, Di Zeo fue procesado por ¨encubrimiento agravado¨ de un miembro de La Doce, Maximiliano Germán Oetinger, conocido como ¨May¨prófugo de la Justicia por el secuestro de un odontólogo jubilado en abril de 2015. ¨May¨ también fue vinculado al secuestro de Abraham Awada, el padre de la primera dama Juliana Awada, esposa del presidente Mauricio Macri. Y fue atrapado meses después en Villa Ballester tras visitar a su novia. Por el delito de encubrimiento, Di Zeo podría recibir una pena de hasta 6 años de prisión.

Con ese pasado, el encuentro entre el barra y Ortigoza puede ser casual. Pero no es casual la foto. ¿Lo acercará al futbolista a Boca? No es la primera vez que jugadores referentes de sus equipos aparecen fotografiados junto a jefes de las barras. Ortigoza mismo se fotografió con los libres de la barra Butteler de San Lorenzo. En Boca, fue Carlos Tévez quien hizo lo mismo.
Pero si es repudiable que futbolistas, que incluso son muchas veces víctimas de la extorsión de los barras, se presten a la connivencia con estos delincuentes. Y acepten fotografiarse con ellos como si se tratara de celebridades. Puede que piensen que contar con el beneplácito de la barra les certifique su carácter de ídolos de un club, lo cual demuestra también que algunos futbolistas, contribuyen a promover el estatus de los violentos en el fútbol argentino.