"Si hacemos un temporadón, irme de OKC sería una estupidez"

En un inicio de verano tan intenso como el de este 2017, el traspaso de Paul George a los Thunder se convierte en uno más de los muchos movimientos destacados que se han producido. Sería, sin discusión, el bombazo del mercado de no ser porque el alero ya dejó claras sus intenciones en el momento en el que se convierta en agente libre el 1 de julio de 2018: irse a los Lakers. Todos entendimos el ejercicio 2017-18 como un curso puente antes de su desembarco definitivo en LA, su regreso a casa. La comparación entre su nuevo hogar (Oklahoma City, paradigma de lo que en el argot NBA se denomina mercado pequeño) y la megalópolis californiana reforzaba esta impresión. Hasta el día de hoy...

En un artículo publicado este mismo martes en 'Sports Illustrated' y firmado por Lee Jenkins, George deja muy claro que, salvo la de Indiana, no se ha cerrado ninguna puerta. "Crecí siendo un aficionado de los Lakers y los Clippers. Idealicé a Kobe. Siempre habrá un lazo, una conexión con Los Ángeles. La gente dice que quiero venir aquí. ¿Quién no desea jugar en el equipo de casa? Ser el referente de tu ciudad es un sueño hecho realidad para quien se crió en sus afueras. Pero realmente creo que todo esto se ha exagerado. Para mí se trata únicamente de ganar. Quiero estar en una buena posición, en un buen equipo. Tener la oportunidad de ganar un anillo. No soy un jugador de estadísticas. Yo juego exclusivamente para ganar y dejar un legado ganador. Y eso es algo que todavía tengo que cumplir. Estoy buscándolo. Si completamos una temporada de ensueño en Oklahoma, llegamos a la final de Conferencia, derrotamos a los Warriors o hacemos alguna otra locura, sería un estúpido si quisiera irme", explica el cuatro veces all star.

Documentación

Cuenta Jenkins que desde la eliminación de los Pacers en la primera ronda de los playoffs, pocos jugadores de la Liga han estado trabajando como PG13. Seis días de intenso trabajo físico y uno de descanso. Así han sido sus semanas en Westlake (California). Una rutina que interrumpirá este mismo martes para subirse a un avión rumbo a Oklahoma City. Allí le espera su nuevo entrenador, Billy Donovan con quien ya ha compartido una barbacoa para discutir el rol que desempeñará. "Vamos a tener una defensa de locos", valora el campeón olímpico en Río.

También ha podido charlar con el rostro de la franquicia: Russell Westbrook. Fue una conversación breve que se produjo en la misma noche en la que se dio a conocer su traspaso. "Creo que encajo con su manera de jugar y viceversa". El MVP 2017 y Paul George encabezarán una plantilla muy reforzada en la que sobresalen Steven Adams, Patrick Patterson, Andre Roberson, Enes Kanter, Raymond Felton o el español Abrines, quien aspira a ser más protagonista en su segunda campaña.

Jackson y Durant, consejeros 

Como es lógico, George también ha aprovechado estos días para recabar información sobre su nuevo destino. Le ha pedido consejo a uno de sus más íntimos amigos en la NBA, un Reggie Jackson que pasó sus tres primeras temporadas y media en la Liga jugando como local en el Chesapeake Energy Arena. Pese a su turbulenta salida, Jackson le auguró a su colega una gran estancia.

Unos comentarios que hizo extensivos la que durante muchos meses fue (y puede que lo siga siendo) la persona más odiada en Oklahoma: Kevin Durant. Hace un año decidió abandonar los Thunder en pos de perseguir el sueño del anillo, pero KD no ha olvidado todo lo mucho y bueno que vivió en OKC. "Durant me dijo: 'Ese lugar te va a ganar y meter en su bolsillo. Pueden ofrecerte lo que muy equipos pueden en lo que gente, instalaciones y facilidades se refiere. Empezando por sus chefs y acabando por sus comidas. Lo dijo con una sinceridad enorme. Considera a los Thunder como una organización de primera", relata Paul George. Quién sabe, quizá él si pueda completar junto a Westbrook la tarea que Durant no pudo lograr. Ganar un campeonato con los Thunder o acercarse a él podría retrasar el regreso de Paul George a Los Ángeles.