El regreso de Fury en duda: debe cerrar sus problemas de dopaje

Tyson Fury (25-0, 18 KO) quiere volver al boxeo. Superados sus problemas con el alcohol y las drogas el excampeón mundial de los grandes pesos ya se ha puesto manos a la obra. Primero debe ponerse en forma, tarea ardua, pero el púgil de Manchester ha bajado drásticamente su peso y ya piensa en su retorno. Había anunciado que volvería en mayo, incluso se llegaron a rumorear varias fechas, pero finalmente no se produjo. La siguiente fecha que tiene en mente es el 8 de julio, pero está muy en el aire su participación.

El tema físico parece superado, y ante un rival teóricamente más débil no tendría problemas para sumar una nueva victoria. Los inconvenientes llegan desde la Agencia Británica Antidopaje (BBBofC). Este organismo está investigando un positivo por Nandrolona en febrero de 2015. Las trazas de esa sustancia eran mínimas y el púgil adujo que había comido carne contaminada, por lo que en un primer momento se le dio la cautelar y pudo pelear ante Wladimir Klitschko en noviembre de ese año, pelea en la que se convirtió en campeón mundial.

Tras renunciar a sus títulos por sus problemas con las drogas, Fury se centró en 'limpiar' su nombre. La agencia británica anunció a principios de mayo que resolvería su caso en tres semanas, ya que el boxeador estaba suspendido desde junio de 2016. Ese tiempo ha pasado, y desde la agencia afirmaron que no pueden dar un plazo seguro al tratarse de un caso muy complejo. Por lo que, de momento, Fury no tiene licencia hasta que se resuelva ese positivo.