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Oakland Raiders

Derek Carr se frustra con los Raiders por su nuevo contrato

El quarterback de la franquicia de Oakland quiere tener firmado el acuerdo a largo plazo con el equipo antes de que comiencen los entrenamientos.

Nov 27, 2016; Oakland, CA, USA; Oakland Raiders quarterback Derek Carr (4) scans the defense before taking the snap against the Carolina Panthers during the first half at Oakland-Alameda County Coliseum. Mandatory Credit: Kirby Lee-USA TODAY Sports ORG XMIT: USATSI-268572 ORIG FILE ID:  20161127_gav_al2_058.jpg
Kirby LeeKirby Lee-USA TODAY Sports

Derek Carr quiere un nuevo contrato con los Oakland Raiders, y lo quiere ya.

No es para menos. Carr es un jugador de segunda ronda y, por lo tanto, los Raiders no pueden darle una extensión de contrato por un quinto año, como si se puede hacer con las primeras rondas. Siendo así, el quarterback entra en 2017 en el cuarto año desde que fue drafteado y, si todo siguiese igual, sería agente libre en el próximo mes de marzo.

Podéis apostar a que eso no va a suceder, por supuesto. En la NFL hay dos tipos de equipos: los que tienen un QB franquicia y los que lo están buscando. En el caso del equipo de Oakland es evidente que pertenecen al primer grupo. Y estos no andan con dibujos a la hora de mantenerlos en la plantilla. Así que las negociaciones han comenzado ya. Han tenido que comenzar ya.

El problema es que, según Michael Silver, siempre bien comunicado con los equipos de La Bahía, Derek Carr está frustrado porque esas negociaciones no avanzan. Se hicieron los contactos previos entre el general manager y su agente y, más allá de eso, nada ha sucedido. Y Carr, que es un tipo inteligente, quiere firmar antes de que comiencen los entrenamientos serios de pretemporada, allá por el mes de julio.

Es absolutamente lógico. A nadie se le puede escapar que lo que va a firmar el jugador es el mayor contrato de la historia de la NFL. Le toca, como luego le tocará a los que le sigan en años posteriores. Superará los 24 millones de dólares por año, 123 por cinco años y 87 garantizados de Andrew Luck, y los quiere ya para no tener que lidiar con algún asunto tan desagradable y complejo como sería una lesión devastadora como la que sufrió el año pasado Teddy Bridgewater en la pretemporada.

Por parte del equipo, no hay duda de que ejecutarán los deseos de Carr. Si existe un parón en las negociaciones, o si se han aparcado de momento, es porque los Raiders han estado pelín ocupados en esta offseason. Ya sabéis, el asuntillo ese del traslado a Las Vegas les ha consumido notablemente, amén de tener que ejecutar agencia libre y draft, como todas las demás franquicias, más el trabajo de convencer a Marshawn Lynch para que saliera del retiro y se les uniera.

Así que hay que entender la frustración de Derek Carr, que quiere ya lo que sin duda van a ser más de 50 millones de dólares este mismo año en su cuenta corriente (salario y signing bonus), pero también hay que entender a los Oakland Raiders: sin prisa, que lo de la renovación del QB es una certeza, y antes había que cerrar muchas otras cosas.