Diego Reyes jugó 90' en la victoria del Espanyol en Riazor
El Espanyol se puso 0-2 en un partido marcado por el error de Arribas. Andone hizo el 1-2 en el 47’, pero el Depor no pudo con un Diego López perfecto.
El Deportivo se sigue complicando la vida y en lugar de sellar la permanencia su derrota abre los fantasmas de un descenso que parecía lejano. Y todo, ante un Espanyol que supo sacar provecho de un enorme error de Arribas que marcó el partido. Pero que también supo sufrir y demostrar una enorme dignidad y demostrar que todos los equipos que no se juegan nada, no son iguales.
Lo cierto es que Pepe Mel tenía un plan, condicionado en parte por las bajas en defensa, que se vino debajo de raíz. Este partía de plantar un trivote en busca de seguridad ante la velocidad perica, porque a las malas el empate era la salvación virtual. La cosa funcionaba hasta que en el minuto 14 Arribas cometió uno de esos errores que triunfará durante años en Youtube para que Baptistao se quedase solo y marcarse a placer.
El 0-1 rompió el guión de Mel y dejó al Espanyol, que desde el minuto uno demostró que no venía de vacaciones, el partido soñado. Nervios, falta de ideas y efectivos en ataque para el Depor, pasillos para las contras para los catalanes. Y de esta forma llegó el segundo. Velocidad de Piatti, pase y perfecta definición de Gerard. Acto seguido, la fortuna dio la espalda a los coruñeses en un remate de Borges al palo y otro claro, pero blandito, de Ola John. En casa del pobre todo son malas noticias, y este Deportivo de final de temporada es pobrísimo.
En el descanso, ya con el agua al cuello, Mel dio entrada a Carles Gil por el debutante Edu Expósito y mandó a los suyos al asedio. En el 47' Andone ya había marcado tras una jugada enorme de Ola John. Poco después, el larguero evitó que Arribas enmendase su garrafal error y acto seguido, Diego López blocó un buen remate de Andone. Luego llegó un momento de paz, de tomar oxígeno en un partido de ritmo alto que obligó a los cambios por problemas físicos de Marc Navarro, Javi Fuego y el omnipresentre Ola John. Tras el respiro, el Depor volvió a la carga por arriba, por abajo, de lejos, de falta, pero en todas las ocasiones se encontró con un Diego López perfecto. Coraje coruñés, pero después de regalar la primera parte y tras una preocupante cuesta abajo que terminó por encender la ira y los pitos de un Riazor que ya está harto.